"Es extremadamente raro que un motor rompa la ventanilla del avión"

Expertos en seguridad aérea nos confirman la mala suerte tras el accidente del vuelo 1380

Javier Martínez

Publicado el - Actualizado

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La muerte de una pasajera en un vuelo de la compañía Southwest Airlines, que cubría la ruta entre Nueva York y Dallas es un evento extraordinariamente improbable e inusual, como nos confirma el experto en Seguridad Aérea, Carlos Toro: “Es extremadamente raro, no es insólito, puede pasar, pero es muy raro. Y más un accidente así. Se tiene que romper el motor, lo cual es raro, y segundo, tiene que golpear la ventanilla. Lo normal es que se desprendan piezas y golpeen al fuselaje o se pierdan en el aire. Pero que golpee la ventanilla…es una fatalidad extrema”.

"Es extremadamente raro, no es insólito, puede pasar, pero es muy raro"

Las ventanillas están diseñadas para que sean capaces de resistir presiones bastante fuertes, teniendo en cuenta la gran altitud a la que vuelan los aviones comerciales: “Son ventanas muy fuertes, porque se vuela a gran altitud y son muy difíciles de romper. Pero cuando una pieza metálica, que es un material cortante, muy fuerte, golpea la ventanilla, la rompe”.

La fuerza extrema producida por la despresurización de la cabina fue lo que provocó la muerte de la pasajera que estaba sentada junto a la ventanilla que se rompió: “Las informaciones son aún confusas, pero la fuerza de succión es enorme. Si no tiene el cinturón, se ve succionada hacia el exterior. Si le sumas los golpes, el aire frío, la falta de oxígeno…”

“La maniobra es descender, de manera gradual a los 2.500 metros a los que el aire es respirable"

En este caso, los pasajeros trataron de bloquear la ventana rota, aunque algunos de los objetos que utilizaron fueron también absorbidos por la fuerza de la corriente: “Para tapar la ventana habría que utilizar algo muy grande y que no sea succionado. Lo que hizo la piloto fue perder altura y volver a una altura respirable. A gran altitud la presión es demasiado baja, por eso hay que bombear aire para suministrar oxígeno a los pasajeros”.

En este caso, la piloto de la nave aplicó correctamente el protocolo en estos casos, evitando una desgracia más grande:“La maniobra es descender, de manera gradual a los 2.500 metros a los que el aire es respirable. Mientras tanto se utilizan las mascarillas de oxígeno para poder respirar”. 

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