La factura de la crecida del Ebro
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Agricultores en quiebra, destrucción de empleo y frutas y verduras más caras. Son las consecuencias económicas de la crecida del río Ebro por las intensas lluvias de estas últimas semanas. Aún es pronto para hacer balance de las pérdidas materiales, de hecho hay miles de hectáreas aún bajo el agua. En Navarra, sí hay una primera estimación de tierras anegadas: serían unas 6.000 hectáreas, según asegura a la Cadena Cope, Félix Bariáin, presidente de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra. En esta comunidad, los cultivos más afectados serían los de brocolí, alcachofa y espárrago. En La Rioja, la cifra estimada es provisional: 1.000 hectáreas afectadas, sobre todo de frutales. La crecida ha afectadado especialmente al peral, en plena floración. Y en Aragón, que es la región más afectada aún no facilitan tan siquiera ni un cálculo estimado de hectáreas anegadas pero las pérdidas serán de millones de euros. Y para muestra un botón. Jesús González, es un agricultor de Pastriz, un pueblo a 8 kilómetros de Zaragoza y es propietario de una explotación agropecuaria: calculadora en mano nos cuenta que perderá unos 300 mil euros por esta nueva crecida del Ebro que le ha dejado anegadas 200 hectáreas de cultivos de alfafa y cereales. Además, le ha obligado a trasladar un rebaño de 700 ovejas que ahora están en tierras de cultivos porque las zonas de pasto han desparecido bajo el agua.
PÉRDIDA DE EMPLEOS
La pérdida de miles de hectáreas de cultivos se traducirá, advierten las organizaciones agrarias, en destrucción de empleo: las explotaciones agrarias tendrán que despedir a algunos de sus empleados: Lo mismo pasará con las fábricas conserveras que se al quedarse sin la materia prima tendrán que reducir su producción y sus plantillas.
FRUTAS Y HORTALIZAS MÁS CARAS
El consumidor es el último eslabón de la cadena y también notará esta crecida el Ebro en sus bolsillos. Subirán los productos de los cultivos que se han perdido: esparrágo de Navarra, pera conferencia de La Rioja y cereales en Aragón. Y a esto hay que sumar lo que se no se podrá plantar: maíz, tomates o patatas, cuyos precios también subirán. Precisamente lo que más preocupa al sector es la reparación de las infraestructuras: acequias, caminos, zonas de paso... Si no se arreglan con celeridad no se podrán cultivar las tierras destinadas a la producción de frutas y hortalizas de primavera y verano.
UNA SOLUCIÓN
Todas las comunidades y todos los afectados denuncian que esta última crecida se podría haber evitado limpiando el río y denuncian que la Confederación Hidrográfica del Ebro se escuda en políticas de repecto al medio ambiente para no actuar. Se aprendió dicen la lección tras la histórica crecida del Ebro del año 2015. Y advierten: vendrán más si no se hace nada.