Primero Ana y ahora Bruno, ¿por qué se bautizan las borrascas?

La Aemet pone nombre a las borrascas atlánticas desde este mes de diciembre para mejorar la coordinación con Francia y Portugal

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Si hace unos días fue la borrasca Ana, la que acaba de pasar por España ha recibido el nombre de Bruno. Y es que desde este mes de diciembre la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) bautiza los fenómenos atlánticos profundos que puedan tener un gran impacto en bienes y en personas y que puedan afectar también a Francia y Portugal. La Aemet solo nombrará las borrascas que puedan dar lugar a alertas rojas o naranjas por viento (más de 90 kilómetros por hora), y también a fenómenos costeros de lluvia y nieve. 

¿La razón? Darle una denominación a una borrasca mejorará la coordinación entre la propia Aemet y sus agencias homólogas en Francia (MétéoFrance) y en el país luso (Instituto Português do Mar e da Atmosfera). En Irlanda y Reino Unido ya se actúa de esta manera y la experiencia, según la Aemet, demuestra que la población está más atenta a las recomendaciones de seguridad cuando la amenaza de viento fuerte está claramente identificada y asociada a un nombre.

Tras Ana y Bruno, la lista de nombres es la siguiente: Carmen, David, Emma, Félix, Gisele, Hugo, Irene, Jose, Katia, Le, Marina, Nuno, Olivia, Pierre, Rosa, Samuel, Telma, Vasco y Wiam. El primer servicio meteorológico de cualquiera de los tres países que prevea emitir una alerta seleccionará el nombre de la lista por orden alfabético.

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