Troitiño: "Jamás me puse en contacto con ETA, no le he dado ni los buenos días"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El etarra Antonio Troitiño Arranz ha asegurado hoy que desde que fue puesto en libertad en 2011 "jamás" se ha puesto en contacto con ETA, a la que no ha dado "ni los buenos días", y que decidió irse a Londres tras hablar con su familia, a la espera de que se derogase la doctrina Parot. La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional juzga hoy al histórico etarra, que se enfrenta a una pena de once años de prisión tras ser excarcelado por error en abril de 2011 y huir a Reino Unido, donde contactó con otro miembro de la banda, Iñaki Lerín, con el que fue detenido, para luego ser entregado a España el pasado mayo.
Troitiño, que solo ha contestando a preguntas de su abogado, ha negado haber contactado con la banda terrorista en estos años, haberle pedido ayuda o consejo, y que tampoco la banda contactara con él, ya que no tenían "nada" de relación. También que le facilitara los documentos para huir. "Yo jamás me he puesto en contacto (con ETA) desde que he salido, y a día de hoy tampoco", ha explicado, para luego asegurar: "No le he dado ni los buenos días". Pensaba seguir en Inglaterra hasta que se derogara la doctrina Parot, sin intención de integrase en ninguna estructura de ETA porque ya es "mayor".
Antxon Troitiño ha relatado ante la Sala que cuando supo que revocaban su libertad en abril de 2011 estaba en la casa de su hija en Hendaya y no se entregó "porque nadie fue a buscarle" y, además, "no veía normal entrar en la cárcel porque ya había cumplido", ya que si no le hubieran aplicado la doctrina Parot habría salido en 2008. Por eso, luego decidió irse a Londres, a la espera de que se revocara esta doctrina, tras estar varios meses -hasta noviembre- en casa de su hija, que, según su relato, decidió abandonar porque no había mucho sitio, tenía una pareja y no quería molestar. Además se dio cuenta de que tenía que ir "a un lugar más tranquilo" y no permanecer "encerrado".
Tomó la decisión solo, aunque tras hablar con su familia, y para obtener piso y trabajo recurrió a familiares de Iñaki Lerin, concretamente una hermana a la que había conocido su hija en los viajes de ida y vuelta en autobús para ir a verles a prisión, por lo que sabía que vivía en Londres y le podría ayudar. La documentación falsa para viajar al Reino Unido la consiguió por un amigo íntimo que murió hace año y medio, Martín Zabaleta, quien estuvo con él cuando salió de la cárcel. Él contactó con unas personas que le cobraron unos 500 o 600 euros, lo que no le pareció excesivo. Así llegó a Londres, donde vivió en un cuarto muy pequeño de una casa con varias personas más, nunca residieron en una sola casa los dos solos, y él y Lerin vivían de repartir periódicos, según ha explicado.