La afición secreta de Thomas Jefferson que dice mucho de las pintadas a la estatua de Cervantes
El tercer presidente de Estados Unidos tiene una historia curiosa relacionada con 'El Quijote'
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En medio de la “furia iconoclasta” desatada en Estados Unidos y otros países occidentales derivada de las protestas por el asesinato del ciudadano negro George Floyd a manos de un policía, el asunto de la herencia hispana en el país norteamericano ha vuelto a ponerse de actualidad.
Decenas de estatuas de personajes ilustres, como Cristóbal Colón, Winston Churchill, George Washington o San Junípero Serra, han sido atacadas en las últimas semanas por considerarles figuras “racistas”. Dos de esos grandes hombres de la historia cuyas efigies también han sido vandalizadas comparten una curiosa historia. Se trata de Miguel de Cervantes y de Thomas Jefferson.
Esta relación no parece evidente, ya que el autor de ‘El Quijote’ y el tercer presidente de Estados Unidos vivieron separados por casi siglo y medio. No obstante, este es uno de esos ejemplos en los que se demuestra que el poder de las palabras permanece, ya que Jefferson tenía una muy alta estima por la cultura y la literatura españolas, en particular por la obra magna del de Alcalá de Henares, algo que siempre quiso transmitir a sus hijas.
Según el Hispanic Council, un think tank independiente que promueve las relaciones entre España y EEUU, Jefferson, uno de los principales redactores de la Declaración de Independencia, tenía la costumbre de acunar a sus hijas leyéndoles diez páginas diarias de ‘El Quijote’.
Pero la cosa no se queda ahí y es que Jefferson hacía esa lectura en el castellano original, tal era la importancia que concedía el Padre de la patria americana a la cultura española. Jefferson, además, recomendaba a sus conocidos leer la historia de Alonso Quijano a todos los que estuvieran interesados en la política o en aprender el idioma de Cervantes.
Quien da fe de esto es John Quincy Adams, quien después sería el sexto presidente de Estados Unidos. En sus memorias, Adams recogió que Jefferson leyó ‘El Quijote’ por primera vez durante una estancia en París y que lo terminó en sólo 19 días.
El Hispanic Council también señala que se sabe que Jefferson poseía al menos dos ediciones de la historia del ingenioso hidalgo, una en inglés y otra en castellano. Esta última fue publicada por la Academia Española y data al menos de 1789, en un formato de seis volúmenes.