Desde urgencias hospitalarias hasta demandas millonarias: la 'maldición' en el rodaje de 'La Familia Addams'

La película icónica de 1991 sufrió unas cuantas desdichas que provocaron que la película casi no saliese adelante

Desde urgencias hospitalarias hasta demandas millonarias: la 'maldición' en el rodaje de 'La Familia Addams'

Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Una sintonía que reconoces con solo dos chasquidos, una fotografía con colores oscuros que casi simula el blanco y negro de la época dorada de Hollywood, y una familia con gustos excéntricos y una fascinación por lo macabro. Con solo esos datos, seguro que has identificado al instante que hablamos de la Familia Addams.

Ese extraño núcleo familiar de cinco miembros (aunque de vez en cuando se le unía algún otro), creado por Charles Addams, en un principio, como cómic en la publicación norteamericana The New Yorker. Eso fue a finales de la década de 1930, y su legado continúa hasta el día de hoy.

Y es que la peculiar familia comenzó a tener más popularidad cuando, en 1964, se estrenó la serie homónima tremendamente cómica para la cadena de televisión estadounidense ABC. Duró hasta 1966 y, desde entonces, nadie pudo quitarse la idea de que, esos particulares góticos, eran un soplo de aire fresco para contrarrestar las comedias protagonizadas por familias nucleares que nada tenían de especial.

Morticia, Gomez, Pugsley, Tío Fétido y la oscura Miércoles, siguen siendo, a día de hoy, personajes tan icónicos como para que, el propio Tim Burton, haya querido llevar a cabo un proyecto en pleno 2022. Por supuesto, te hablamos de su (ya es justo decirlo) emblemática serie Miércoles.

Pero, antes de eso, hubo otro director que consiguió que la Familia Addams marcase la infancia de los niños crecidos en los 90 y 2000.

Y es que Barry Sonnenfeld dirigió la icónica película de 1991, en la que Raúl Juliá, Anjelica Huston, Christopher Lloyd y Christina Ricci, entre otros, dotaron a sus personajes de rasgos tan característicos que los próximos actores en interpretarlos, tienen que basarse en ellos.

Una película que estuvo nominada a los Globos de Oro, a los Bafta y a los Óscar, y que recaudó casi 200 millones de dólares. Pero también, una película que estuvo a punto de no salir adelante por la “maldición” que le perseguía al rodaje.

Los duros inicios de la película

Nunca es fácil rodar una película de gran presupuesto, y más, teniendo en cuenta, que era el debut como director de Barry Sonnenfeld, quien ya contaba con una amplia experiencia como director de fotografía, especialmente, para las películas de los hermanos Coen.

Sin embargo, las circunstancias en las que se vio envuelta la película en pleno rodaje, no le pusieron nada fáciles las cosas al novato director. Y es que todo empezó a ir mal desde el principio, cuando Fox, la productora que comenzó a trabajar en la película, no tenía los derechos de la mítica familia.

Y es que la creación de Charles Addams, en principio, pertenecía a la productora Orion Pictures, que no estaba dispuesta a venderlos (el creador había muerto) porque, según ellos, planeaban hacer una serie.

Por suerte para ellos, la exmujer de Addams decidió vender sus derechos y la productora Orion Pictures se hizo con todos ellos, queriendo llevar a cabo el proyecto cinematográfico.

En búsqueda de un director para dar forma a la película, terminaron dando con Sonnenfeld, como segundo o tercer plato, ya que pensaron en Tim Burton en un principio, aunque declinó la oferta.

Eso sí, Sonnenfeld casi termina con el proyecto. “Perdí cinco kilos en las primeras diez semanas, y la tensión era increíble” contaba el año del estreno a la publicación Empire.

Rodaje de La Familia Addams en 1991

Sea como fuere, el rodaje comenzó, aunque terminó accidentado. Fue tal el estrés que Sonnenfeld sufrió, que llegó a darle ciática, cómo él mismo recordaba más tarde en una entrevista para Vulture.

Pero la maldición estaba a punto de empezar, porque cuando comenzó el rodaje, los problemas lo hicieron con él.

Los muchos inconvenientes en pleno rodaje

La cosa no mejoró, porque Owen Roizman, quien era el director de fotografía de la película, tuvo que abandonar el proyecto cuando le llamaron para otro trabajo. Rápidamente, fue reemplazado por Gale Tattersall.

Hasta ahí fue todo bien, si no fuera porque el nuevo director de fotografía sufrió una infección lo suficientemente grave como para abandonar la película durante unos días y permanecer en el hospital. Tristemente, sus dolencias le impidieron continuar con el rodaje.

Cansado de la situación y sin poder encontrar soluciones, el propio Sonnenfeld, avalado por su amplia experiencia, compatibilizó las tareas de director de la película y director de fotografía.

Cuando parecía que todos los problemas habían quedado ahí, fue cuando el director se sorprendió viendo cómo su elenco, se rebelaba contra él y su historia.

“La película que Scott Rudin y yo íbamos a rodar proponía que Fétido era, en realidad, un impostor, pero nunca estabas seguro de si lo era en realidad o no” contaba Sonnenfeld en una entrevista años más tarde del estreno.

Esa fue la mecha que encendió al reparto. “La portavoz que los actores eligieron para hablar fue Christina Ricci, que tenía 10 años. Ella hizo un alegato de lo más apasionado argumentando que Fétido no podía ser un impostor. A Christopher Lloyd no le importaba, pero al resto sí, así que acabamos cambiando ese punto de la trama para contentarlos” explicaba con mucho humor.

Eso sí, como explicaba, era lo mejor que podían hacer. Pero los problemas no acabaron ahí, porque Orion Pictures, la productora que llevaba a cabo la película, abandonó el proyecto, vendiéndolo a otra productora a mitad del rodaje.

Todo el elenco y productores y director, se enteraron por la prensa. Tras todos los problemas internos, Paramount Pictures

, lo que dio solidez al proyecto.

Parecía que todas las maldiciones habían pasado, pero la estocada final venía tras su estreno. Y es que David Levy, el creador de la serie de La Familia Addams en los años 60 demandó tanto a Orion Pictures como a Paramount Pictures, porque, según él, en la película habían incluido elementos creados por él sin tener los derechos.

Elementos como Cosa (la misteriosa mano que se movía siempre de un lado a otro), Primo Eso (sí, ese familiar que solo era pelo) o los fascinantes tangos que bailaban siempre Morticia y Gomez.

Morticia Addams y Gomez Addams bailando un tango en La Familia Addams (1991)

La sangre no llegó al río, y tras las demandas millonarias, Levy y la productora llegaron a un acuerdo para incluir sus creaciones en la película.

Personajes de La Familia Addams (Primo Eso y Cosa)

Y tras tantas piedras en el camino, la película consiguió salir adelante y recaudar mucho más de lo que invirtieron en ella, y, nominaciones de premios aparte, el largometraje consiguió ser incluido como Mejor Película de Terror del Año en el Salón de la Fama del Horror. Creemos que no hay mejor reconocimiento.

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