Marisa Paredes: "Mi vida profesional ha sido un tren que no para"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La actriz Marisa Paredes, Premio de Honor de la 32 edición de los Goya, ha dicho este viernes en rueda de prensa que sus más de cincuenta años de profesión, a la que ama como el primer día, han sido como "un tren que no para, que se mantiene y sigue", enriquecido el trayecto con directores de cine de enorme talento.

"Es una profesión a la que he entregado mi vida, he crecido con esta profesión, me he hecho persona adulta con esta profesión, aunque me quedan muchas cosas por hacer", ha señalado la actriz (Madrid, 1946), pendiente del estreno este año de su último trabajo, "Petra", del director español Jaime Rosales.

Muy delgada, como siempre ha sido, remarcada su estilizada figura por un pantalón negro combinado con "blazer" gris de "tweed", la actriz ha lamentado un ligero resfriado que le incomodaba a la hora de responder.

Aun así, no ha eludido ninguna pregunta, incluidas las referentes a los abusos machistas denunciados por sus colegas norteamericanas ni las críticas de las actrices francesas.

Las americanas, ha dicho, "han tenido mucho valor para denunciar momentos muy duros que han vivido (...) Tienen todo el derecho, destaco que hayan tenido el arrojo de decirlo en público y defender algo que es su propia autoestima. Ya está bien", ha considerado la septuagenaria actriz- de sentirnos explotadas y humilladas".

En cuanto a sus colegas francesas, que firmaron un escrito en defensa del juego de la seducción y de no sacarlo de contexto, Paredes ha dicho que cree que "tienen sus razones", pero lo ve más como "una confusión" y que lo que querían pedir era que el tema "no se sacara de madre".

En ausencia de la presidenta de la Academia de Cine, Yvonne Blake, convaleciente de un ictus, el vicepresidente primero, Mariano Barroso, la ha presentado como "el equilibrio entre el riesgo y la aceptación del público".

"El público ha ido valorando y respetando el cine español gracias a la Academia", ha subrayado Paredes en relación con una institución que presidió entre 2000 y 2003, cuando además otorgó una voz, un pensamiento y una forma de sentir común a la familia del cine.

Papeles mejores y peores, de "florero" o no, ha dicho Paredes, a lo largo de una profesión en la que "se ha dejado la piel en cada proyecto".

"Yo no he perdido nada de aquella Marisa Paredes" que llegaba a los hogares españoles en blanco y negro a través de "Estudio Uno" (RTVE), ha recordado la actriz, musa de Pedro Almodóvar, el director que, reconoce, más ha marcado su carrera, sobre todo porque la introdujo en el cine internacional.

Así, advierte que directores como Arturo Ripstein, con el que hizo "Profundo carmesí", Guillermo del Toro ("El espinazo del diablo"), Raoul Ruiz ("Tres vidas y una sola muerte", en la que compartió plantel con Marcello Mastroianni) o Roberto Benigni ("La vida es bella") no la hubieran llamado de no haber trabajado con Almodóvar.

Le ha faltado una película con Luis Buñuel y otra con Berlanga, pero adora cada trabajo que ha hecho con todos los directores "de enorme talento" que han pasado por su vida.

Por las mañanas se ve fea, no se reconoce. "El espejo no te da tu imagen: la das cuando trabajas. Esa es mi imagen, la que ven los demás: esa eres".

Aún no sabe qué dirá en su discurso de agradecimiento en la ceremonia de los Goya, el próximo 3 de febrero, pero quiere que sea "rápido y simpático", le preocupa "controlar todo esto", y el resto, "sorpresa".

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