HISTORIA

¿Qué fue el Espíritu del 12 de febrero?

Recordamos el aniversario de un importante momento de la historia reciente de España

¿Qué fue el Espíritu del 12 de febrero?

Jaime Cervera

Publicado el - Actualizado

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Carlos Arias Navarro fue el presidente del Gobierno que vio morir al franquismo y que veló su cadáver mientras el nuevo régimen político que traería la Transición terminaba de llegar. En otras palabras, fue el último jefe del Ejecutivo en vida del dictador y mantuvo su cargo una vez muerto Franco hasta la elección de Adolfo Suárez como presidente en julio de 1976.

Pero antes de que Suárez, junto a Torcuato Fernández-Miranda y el Rey Juan Carlos, llevara a cabo el cambio de la dictadura a la democracia, los últimos coletazos del régimen de Franco se debatían entre la salvaguarda de los principios del Movimiento (el llamado búnker) y las reformas políticas y sociales que pedía la ciudadanía.

Uno de los grandes hitos de esta dicotomía que marcó el tardofranquismo es el discurso que Arias Navarro pronunció ante las Cortes tal día como hoy en el año 1974. La fecha y el tono de la interlocución del entonces presidente hizo pasar al programa de gobierno de Arias como el ‘Espíritu del 12 de febrero’.

El discurso

Arias Navarro había accedido a la presidencia tras el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco por parte de ETA el 20 de diciembre de 1973. Por tanto, el famoso discurso del 12 de febrero fue el primer gran discurso del nuevo jefe del Ejecutivo, en el que presentó las bases de su programa de gobierno.

En su intervención, Arias exhibió un sorprendente grado de aperturismo del régimen, sobre todo en lo referente al impulso del asociacionismo político. El plan del presidente también contemplaba una mayor democratización con la promesa de que los alcaldes y altos funcionarios de cada región ya no serían elegidos por el Gobierno, sino por los propios ciudadanos. Además, los diputados en las Cortes votados por el pueblo se duplicarían.

No obstante, las promesas de Arias en el discurso del 12 de febrero se quedaron en eso y el ‘espíritu’ no llegó a tomar forma. Por ejemplo, la Ley de Asociaciones no llegó a aprobarse en el mandato de Arias. Eso sí, el proyecto fue defendido en las Cortes por el entonces ministro secretario general del Movimiento, Adolfo Suárez, con un discurso que puso al de Cebreros en la órbita de Don Juan Carlos sobre quién podría ser el hombre indicado para llevar a España a la democracia.

Por fin, ya después de la muerte de Franco, Arias Navarro acabó dimitiendo (o, según muchos historiadores, invitado a dimitir por el Rey) el 1 de julio de 1976 y sería Suárez quien acabaría completando el proceso de apertura de España con iniciativas como la Ley para la Reforma Política, la mencionada Ley de Asociaciones, la legalización de los partidos políticos (incluido el PCE) y, en última instancia, la convocatoria de las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República.