Alfred Hitchcock cumple 120 años y te presentamos 10 películas para entender al genio

Desde 'Rebecca' hasta 'Psicosis', el director británico dejó un manual de estilo reflejado en una filmografía excelsa y llena de éxitos

Alfred Hitchcock cumple 120 años y te presentamos 10 películas para entender al genio

Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Alfred Hitchcock es una de las figuras clave para entender el cine de la actualidad: no en vano su vasta filmografía es una de las más reivindicadas desde los años sesenta. Uno de los directores más influyentes para la historia del cine que este 13 de agosto habría cumplido 120 años.

Una figura reivindicada desde la Nouvelle Vague, movimiento de cine francés impulsado por Godard, Truffaut y compañía, que alababan al artesano del misterio en la revista Cahiers du Cinéma y le encumbraban como uno de los autores claves del séptimo arte. Hasta ese momento, Hitchcock era considerado un efectivo realizador, pero no un creador de la dimensión que hoy se le confiere.

El pionero director, que comenzó su carrera en su tierra natal pero terminó mudándose a Estados Unidos, donde realizaría algunas de sus películas más icónicas, rodó más de cincuenta filmes, además de una de las antologías televisivas más interesantes de la pequeña pantalla: 'Alfred Hitchcock presenta'.

El cine debe al realizador el 'mcguffin', sus extravangantes giros argumentales, su gusto por los hipnóticos planos cenitales, los fugaces 'autocameos' y otras tantas obsesiones y argucias narrativas de las que el maestro del suspense se servía para sus producciones.

LAS 10 MEJORES PELÍCULAS DEL GENIO DEL SUSPENSE

Rebeca (1940)

El estreno del director británico en Estados Unidos fue uno de los grandes acontecimientos de la década en el mundo del star system hollywoodiense. El realizador venía de cosechar un grán éxito en Reino Unido con películas como “El hombre que sabía demasiado”, con Peter Lorre y “Alarma en el expreso”. Supuso el inicio del conflicto entre las hermanas Jean Fontaine y Olivia de Havilland, al conseguir la primera el papel en detrimento de la segunda. Además, la cinta dio nombre para siempre a una recurrente prenda de entretiempo. Le valió a Hitchcock su primera nominación al Oscar a Mejor Director. Tendrá británico remake en 2020.

La soga (1948)

La prueba de que Hitchcock era un genio en transformar la narrativa y el mejor ejemplo de la forma que tenía el director de entender el suspense en el cine. El mismo Hitchcock llegó a asegurar que la clave de la tensión está, no en la ignorancia del espectador sobre lo que está ocurriendo, sino que sí lo sepa pero los personajes no. Así ocurre en “La soga”, donde los personajes no saben que hay un cadáver en la habitación. Supuso la primera gran colaboración entre Hitchcock y James Stewart de protagonista.

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Extraños en un tren (1951)

Una clase magistral de cómo utilizar el deporte para crear tensión y una premisa de lo más interesante dieron fruto a una de las mejores películas del director. De nuevo, como ya hiciera con Daphne du Maurier en “Rebeca”, aquí Hitchcock se vale de una novela de la conocidísima Patricia Highsmith para, con la ayuda del renombrado novelista Raymond Chandler, desarrollar la historia de dos hombres que acuerdan perpetrar sendos asesinatos en beneficio del otro.

La ventana indiscreta (1954)

De nuevo Hitchcock se vale de James Stewart para una de las cintas más icónicas, así como 1954 fue el año clave entre el director y Grace Kelly, princesa de Mónaco dos años después. Un fotógrafo con la pierna escayolada sospecha de que su vecino podría haber cometido asesinato e implica en la trama a su novia y a su enfermera. Un cuarto y un patio son los únicos escenarios en los que tiene lugar la trama. Pura tensión para una historia parodiada hasta la saciedad y que tuvo un remake con Christopher Reeve de protagonista.

El hombre que sabía demasiado (1956)

De nuevo James Stewart es el elegido por Hitchcock para el remake de su clásico de 1934 y que, en esta ocasión, volvería a rodar en Estados Unidos. Doris Day, el secuestro de un niño y el cambio de localización de los Alpes por Marrakech terminan por redondear una obra original imperfecta que, eso sí, contaba con un siempre inspiradísimo Peter Lorre. Consiguió un Oscar a la Mejor Canción.

Vértigo (1958)

Considerada como la gran obra maestra del director. Y no es para menos. La prestigiosa revista británica “Sight&Sound”, del Instituto Británico de Cine (BFI), la nombró según su encuesta la mejor película de la historia. De nuevo con James Stewart como cabeza de cartel y uno de los póster más reconocibles del genio Saul Bass. Una cinta que suponía toda una bofetada a los que que criticaban a Hitchcock de realizar películas 'crowd pleaser' o para toda la audiencia. Poco complejas, podría decirse. En este caso sorprende con un thriller psicológico y complejo, lleno de simbolismos.

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Con la muerte en los talones (1959)

Cine de evasión en estado puro y el tótem de la carrera de Cary Grant. Pura diversión que colocó al Monte Rushmore en la historia cinematográfica de Hollywood. Además, la escena de la avioneta en la carretera desierta es una de las imágenes más replicadas y satirizadas en la historia de la cultura popular.

Psicosis (1960)

Poco hay que decir de “Psicosis”. Se han hecho películas incluso de la producción de esta película que dio pie a toda una saga de tres secuelas y una serie de televisión en formato precuela. Se podría decir incluso que la película de Hitchcock es el germen del boom del slasher, 15 años después, brindando a uno de los psicópatas más reconocibles de la historia del cine. Gus Van Sant intentó replicarla plano por plano en 1998, pasando sin pena ni gloria con Vince Vaughn en el papel de Norman Bates.

Los pájaros (1963)

De nuevo Hitchcock echa mano de una novela de Daphne du Maurier para realizar otra surrealista obra maestra del suspense. En esta ocasión, para el papel protagonista eligió a la modelo Tippi Hedren, quien hace tan sólo 3 años le acusó de acoso sexual. Una relación entre el director y la actriz que se vio reflejada en una película producida para televisión.

Frenesí (1972)

La última gran película de Alfred Hitchcock con Jon Finch, actor fetiche de Roman Polanski, como protagonista y con un guion de Anthony Shaffer, autor de la mítica obra teatral “La huella”, y que en este caso adaptaba una novela de Arthur La Bern.