Blas de Lezo: el ‘Medio Hombre’ irreductible ante la fuerza de un Imperio
El 7 de septiembre rememorábamos los 280 años del fallecimiento del teniente general Blas de Lezo, héroe español en el asedio de Cartagena de Indias
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La historia de España está colmada por cientos, quizá miles, de hombres honrados, diestros soldados, héroes irrepetibles y épicos navegantes que ayudaron con su dignidad y lealtad a alcanzar para sus reyes un esplendoroso honor imperial.
El 7 de septiembre rememorábamos los 280 años del fallecimiento de uno de estos grandes hombres. Un español nacido en Guipúzcoa. Un héroe cuya pericia militar marcó una de las páginas doradas en las crónicas de la América española.
. Nació y murió durante el reinado de
. Tras su
humilló a los ingleses resistiendo a tres meses de asedio.
Invicto en todas y cada una de las veintidós batallas que libró, durante el curso de su vida Blas de Lezo se las vio en la batalla frente a ingleses y holandeses; contra los piratas del Caribe y los piratas berberiscos en el norte de África.
Cojo, tuerto y manco: el principio de un ‘Medio Hombre’ irreductible
Una precoz carrera militar que vivió en el verano de 1704, cuando apenas contaba 15 primaveras, su primera gesta en la batalla naval que libró frente a las costas de Málaga durante la guerra de Sucesión. En aquel combate, Blas de Lezo fue alcanzado por una bala de cañón en su pierna izquierda. Quedó destrozada y tuvieron que amputarla.
Sus infortunios no acabaron ahí. Años más tarde, en 1707, en otro combate librado en la base naval de Tolón contra los ingleses, volvería a ser herido. En esta ocasión, una esquirla de metralla provocó que perdiera el ojo izquierdo. En el sitio a Barcelona, uno de los últimos capítulos de la guerra de Sucesión, sufre una tercera herida que le deja inservible el brazo derecho.
Blas de Lezo, con solo 25 años, ya era cojo, tuerto y manco: era conocido como ‘Medio Hombre’.
Cartagena de Indias: plaza inexpugnable para los ingleses
No por ello se iba a amilanar. Su mayor servicio al Imperio español estaba por llegar. Blas de Lezo, al mando de seis barcos y tres mil hombres, se enfrentó en Cartagena de Indias a una fuerza inglesa muy superior compuesta por tres mil piezas de artillería, 186 navíos, y 25 mil soldados. Una expedición militar superior en fuerza a la mal llamada ‘Armada Invencible’. ¿Quién podría repeler tal despliegue?
El 13 de marzo de 1741 aparecieron en el horizonte los primeros barcos británicos. El objetivo del almirante Edward Vernon, al frente del contingente, era el de penetrar en la bahía de Cartagena de Indias y poner en jaque a la ciudad hasta someterla.
El sitio fue incesante. Cartagena soportó la lluvia de ocho mil bombas y veintiocho mil cañonazos durante el asedio. El 8 de mayo, tras la resistencia diseñada por el teniente general Blas de Lezo desde distintos puntos de la plaza en un alarde de magisterio militar, consiguió que parte de la flota británica comenzara a abandonar la bahía.
Una realidad que colisionó con la anticipada confianza de los británicos que, seguros en la victoria, tenían acuñadas las medallas y la moneda con la victoria de Edward Vernon. Fue uno de los reveses más severos de la historia de la marina británica. El balance de la contienda fue terrible para los británicos, que superaron las diez mil bajas. Por parte del bando español, serían 200 los muertos, entre los que se encontraría Blas de Lezo.
Cuatro meses después de conseguir la liberación de Cartagena y la honra para el Imperio, fallecería a causa de las infecciones de las heridas y la peste. Aunque no se le distinguió en vida, el héroe español si fue honrado tras su muerte. El rey Carlos III recompensó a Blas de Lezo y Pacheco por las acciones heroicas de su padre nombrándolo marqués de Ovieco en 1760.
Vernon, pese a su larga hoja de servicios en la marina, terminó pagando la decepción por el fracaso en Cartagena de Indias de aquella particular ‘armada invencible’ británica. En 1745, postergado por su gobierno, dimitió de su cargo en la administración naval.