Otras obras de ARCO que también fueron polémicas

Hace 24 años, fue un águila imperial disecada la primera que vio la tarjeta roja en ARCO. Una obra conceptual del artista Jordi Benito ostenta la triste marca de ser la primera retirada en los 37 años de historia de la feria internacional de arte contemporáneo. La obra fue descolgada de la galería de Carles Taché por haberse utilizado para su realización un ejemplar de águila imperial disecada, especie protegida, cuya comercialización está prohibida por ley. Desde el águila de 1994 a los "Presos políticos en la España contemporánea" de este ARCO dedicado al futuro ha habido muchas más obras controvertidas que, sin embargo, no llegaron a sufrir la censura de IFEMA.

Muy famosa se hizo la escultura de Eugenio Merino Always Franco en la feria de arte contemporánea de 2012 donde se veía a un Franco hiperrealista encerrado en una cámara frigorífica de un conocido refresco de cola. La Fundación Francisco Franco presentó una demanda contra el artista por intromisión ilegítima en el honor. Un juzgado de primera instancia de Madrid desestimó la demanda al considerar que no se dañaba la reputación de la fundación franquista.

Muchas miradas también se fijaron en ARCO 2007 en la escultura Porno Queen del artista italiano Paolo Schimidlin donde se podía ver el busto de una figura sospechosamente parecida a la Reina de Inglaterra Isabel II. El busto desnudo aparecía junto a unas manos que se deleitaban morosamente en los isabelinos pechos reales.

Otra artista que vio interrumpida su actuación en plenos pasillos de Arco en 2013 fue la barcelonesa Camilia Cañeque, experta en performances. Sin dudarlo dos veces, Camila se puso un vestido de flamenca y se tiró cuerpo a tierra sin mover una sola pestaña. IFEMA la obligó a retirarse con el argumento de que en ARCO el arte se compra y se vende pero no se hace...

Pero para polémica y ganas de épater le visiteur, el famoso vaso medio lleno/medio vacío del artista cubano Wilfredo Prieto, expuesto en Arco 2015. El vaso de agua más caro del mundo: veinte mil euros. ¿A cuánto salió cada sorbo?