Low-Order: el sistema para desactivar bombas de la Guerra Civil que consiste en quemarla por dentro
El comandante de la Unidad de buzos de la Armada asegura a COPE que es bastante frecuente encontrar artefactos tanto en Barcelona como Mallorca
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Armada española ha detonado este lunes el proyectil de la Guerra Civil hallado ayer en la playa de Sant Sebastià de Barcelona, con 70 kilos de trilita altamente volátil (TNT), después de trasladarlo con globos de elevación sumergidos. Un incidente que ha dejado sorprendidos a los visitantes de la playa donde han detectado el artefacto, aunque no es precisamente extraño que en Barcelona encuentren bombas de la Guerra Civil. Las unidades especiales de la Armada desactivan una media de 6 artefactos al año, la mayoría de ellos en la ciudad condal y en Palma de Mallorca.
En COPE hemos hablado con Salvador Ruiz, Comandante de la Unidad de Buceadores en Medidas Contra Minas de la Armada, que explica que, cuando un civil encuentra uno de estos artefactos, comúnmente de la Guerra Civil o de la Segunda Guerra Mundial, avise a las autoridades locales competentes. “Tenemos un protocolo con la Guardia Civil para que cuando haya un dispositivo bajo el agua nos avisen a nosotros, tras lo que movilizamos a un grupo de desactivadores de 4 personas que proceden en función del lugar en el que esté o el número de personas que haya cerca”.
La pregunta por tanto es, ¿cuál es el protocolo de desactivación? En el caso de la Barceloneta, había una tubería de una empresa de hidrocarburos española, dentro de la zona de peligro según el calculo de la explosión. “Ante la menor duda de que si se produce una detonación haga daño en estas instalaciones, lo que hacemos es elevarla con unos globos que se activan de manera remota”, explica el Comandante. Este caso, por lo tanto, se ha llevado a una distancia de seguridad de 45 metros, a 300 de la playa y la tubería.
Pero lo más peculiar es que no se ha detonado la carga, sino que se ha utilizado un sistema norteamericano llamado 'low-order'. “Es una carga que quema de dentro a fuera fuera la munición, y así se evite que haya daños al medioambiente y que queden restos. Se va quemando por capas”. Una vez aplicado un cono de fuego dentro del explosivo, se espera unos 60 minutos y se comprueba si quedan restos.