La UME desinfecta galerías, baños y patios de las prisiones
El V Batallón ha descontaminado los centros penitenciarios de Soria, Topas, Brieva, Mansilla de las Mulas, Santoña, Villabona, Teixiero y Dueñas
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“Trabajamos como mínimo dos equipos -ocho militares-, pero en los centros penitenciarios se está utilizando como mínimo un pelotón, que son 20 militares”, explica el teniente Omar Álvarez, al mando de una sección de intervención en el V Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME), con base León, que ha participado en las labores de desinfección de ocho prisiones en Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León. Asegura a COPE que sus actuaciones en estas instalaciones “en realidad no representan mayor dificultad que un hospital o una residencia; muchas veces todo lo contrario porque son zonas que son más limpias y suele haber menos positivos que en las residencias”. Al ser más grandes se tarda más, “dependiendo del tamaño, entre tres y cinco horas”.
“Lo que desinfectamos principalmente son las zonas comunes, las galerías centrales, las zonas donde hay barandillas, los baños, los comedores, aulas o talleres donde suelen estar los internos, y también las partes exteriores, los patios, los bancos donde se suelen sentar”, señala el teniente Álvarez. Añade que “es importante desinfectar la zona donde trabajan habitualmente los funcionarios porque ellos son los únicos que entran y salen, y los que pueden llegar a traer el virus dentro”. Sin embargo, no son los militares quienes descontaminan las celdas, sino que “normalmente o las desinfectan los propios internos o incluso los servicios de limpieza del propio centro”.
ZONA SUCIA Y ZONA DE TRÁNSITO
En sus operaciones en cualquier tipo de centro -también en las prisiones- establecen tres zonas. La primera es una “zona limpia, que suele estar en el exterior, de donde parten todos los trabajos.”. Marcan una “zona sucia, que es el interior del recinto, donde se va a hacer la descontaminación”, independientemente de que tengan constancia de que hay o no positivos. Y en el exterior, está la "zona de tránsito, en la que el personal -después de realizar los trabajos- se descontamina, se rocían con el producto y se quitan los trajes que tienen que ser desechados”. Utilizan hipoclorito de sodio en una proporción del 3 por ciento, en mochilas difusoras, con rociadores de mano para trabajar en los interiores, y en los exteriores con sus propias autobombas para limpiar zonas grandes.
El teniente de la UME cuenta que al principio hacían las desinfecciones “en zonas muy transitadas, como en ciudades en edificios de correos, comisarías de policía, zonas con aglomeraciones, las inmediaciones de los principales supermercados, aeropuertos, estaciones de autobús, estaciones de RENFE”, y ahora se centran más en zonas críticas como hospitales, residencias de ancianos o centros penitenciarios.