El Banco de España urge una reforma de las pensiones “de calado”

El organismo alerta en su Informe Anual de las múltiples implicaciones económicas que tiene el envejecimiento de la población.

Banco de España

Joaquín Vizmanos

Publicado el - Actualizado

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Reclama acuerdos al Pacto de Toledo “aunque el consenso no sea absoluto”. El organismo alerta en su Informe Anual de las múltiples implicaciones económicas que tiene el envejecimiento de la población.

El Banco de España cada vez se muestra más preocupado por el impacto del envejecimiento de la población. Es un fenómeno común en Europa y que aquí empieza a ser una realidad con la llegada de los baby boomers a la edad de jubilación, la disminución de la fecundidad y el aumento de la longevidad. Hay varios datos que resumen el escenario al que nos enfrentamos. Hasta 2050 se producirá un aumento de, al menos, cinco años en la edad media de la población española (de 43 a 48 años). La ratio entre la población mayor de 65 años y la población en edad de trabajar se duplicará, según las proyecciones demográficas.

En su Informe Anual el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos señala que este panorama supone “un reto de primer orden” que afecta a las políticas de oferta, de demanda y que obliga a tomar medidas "de calado" en las pensiones, tanto por la vía del gasto como por la de los ingresos. “Es necesario hacer algo”, afirman desde la dirección general de Economía y Estadística, porque el sistema se ha quedado desequilibrado al meter en el cajón el factor de sostenibilidad de la última reforma del PP. Para empezar reclama al Pacto de Toledo que se ponga a trabajar cuanto antes y logre un acuerdo. Avisa que no tiene que basarse en un consenso absoluto “aunque si es amplio, mejor”. Además señala que las soluciones no deben poner en riesgo la solidaridad intergeneracional, es decir las prestaciones de los que estamos cotizando ahora. A lo largo del documento, de 284 páginas, el Banco de España insiste en medidas como elevar la edad efectiva de jubilación, incentivar los planes de pensiones privados pero también apunta otras más novedosas. Por ejemplo anima a los bancos a favorecer productos financieros como la hipoteca inversa -préstamo en forma de renta fija mensual con la garantía de la vivienda- para reforzar la previsión individual de los ciudadanos ante el reto que supone el que vivan más años.

Los salarios y la desigualdad

El Informe Anual hace un balance positivo de la recuperación y señala que la economía española resiste mejor que otras el frenazo global gracias al tirón del consumo interno y a una política fiscal más expansiva. Sin embargo reconoce que todavía somos vulnerables y pide al Gobierno que aproveche el entorno favorable para acelerar las reformas, no solo la de las pensiones.

El Banco de España señala como retos el paro, el aumento de la calidad en el empleo o de la productividad. La desigualdad es otro problema y trata de explicar el motivo por el que los salarios no suben como antes. Admite que su incremento se ha visto ralentizado por los altos niveles de paro y las menores expectativas de inflación. Además afirma que la reforma laboral de 2014 ha contribuido “de manera persistente” a esa moderación salarial. El organismo cree que “es prematuro” decir que el incremento del SMI del 22% desde el 1 de enero no ha tenido un impacto negativo en el mercado laboral como dicen el Ejecutivo y la Airef.

Además llama la atención sobre un hecho que sorprende a los expertos, no solo en nuestro país. “Las empresas se lo piensan antes de subir los precios y optan por reducir márgenes”, apuntan desde el Banco de España que no se atreve a señalar cuánto puede durar esta situación.

Retomar la lucha contra el déficit

El Banco de España recuerda que otro de los deberes pendientes es reducir el déficit público estructural. Viene a decir que se han bajado los brazos. Desde 2015, recuerda, no ha habido avances destacables. En este sentido el Banco de España insta de nuevo al Gobierno a que establezca una estrategia fiscal a medio plazo que permita corregir los desequilibrios. ¿Cómo? Con un gasto más eficiente y reconsiderando las numerosas exenciones, deducciones y tipos especiales reducidos que impiden recaudar más.

El organismo mantiene que reducir el déficit y la deuda pública son claves para tener margen ante un eventual escenario recesivo. Por eso, el proceso de consolidación presupuestaria constituye una tarea que debe de ser prioritaria. El Banco de España ve fundamental también revisar el sistema de financiación autonómica, otro de los asuntos que lleva meses paralizado. Quizá ahora se abra el melón una vez que han pasado todas las elecciones.

Rechaza limitar los alquileres

El Informe Anual pone el foco en lo que está pasando en el mercado de la vivienda. Sobre todo en el alquiler. El Banco de España reconoce que se está produciendo un fuerte aumento de los precios en determinadas zonas de Madrid y de Barcelona donde la demanda es mucho mayor que la oferta. En todo caso arremete contra la Generalitat de Cataluña por permitir a Barcelona limitar los precios de los alquileres. El Banco de España asegura que “según la evidencia internacional, este tipo de medidas no solo reducen la oferta, sino que también pueden favorecer un deterioro importante de los inmuebles”. Ve conveniente mejorar la seguridad jurídica para que los propietarios de inmuebles encuentren los incentivos adecuados para poner sus pisos en el mercado.

Salud del sector financiero

El Banco de España también centra lógicamente parte de su Informe Anual en analizar en qué momento se encuentra el sector financiero. Asegura que el sistema es más fuerte pero tiene todavía puntos débiles. Tiene que seguir esforzándose en reducir sus volúmenes de activos con problemas, en recuperar la rentabilidad con los actuales tipos de interés y en mejorar los niveles de capital. Además es necesario que se adapte al escenario tecnológico y a la nueva estructura sectorial que se está gestando, en la que aparecen otros competidores como las fintech.

La institución asume que mejorar la reputación sigue siendo otro de los desafíos pendientes de las entidades financieras. Ahí no quiere dar consejos. Prefiere que sean las propios bancos los que den el paso para buscar soluciones.

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