La Bolsa continúa en punto muerto a la espera de un acercamiento entre China y EEUU

Los mercados esperan que EEUU retrase la entrada en vigor de los nuevos aranceles a productos chinos por 300.000 millones de dólares

La Bolsa continúa en punto muerto a la espera de un acercamiento entre China y EEUU

Fernando Mañueco

Publicado el - Actualizado

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Los mercados han seguido hoy centrados en lo que últimamente se ha convertido en el monotema. En las posibles salidas de la guerra comercial entre China y Estados Unidos. El presidente Trump, siempre fiel a su estilo,  ha asegurado que es optimista respecto a las negociaciones con su homólogo del gigante amarillo, aunque asegura tener un plan B. Y no es otro que imponer aranceles adicionales sobre la totalidad de los productos chinos si no se alcanzan acuerdos. Eso sí que es tirar la piedra sin esconder la mano. La cita entre los dos mandatarios tendrá lugar al final de la semana en Osaka, Japón, en el seno del G-20.

Hoy, para variar, ha surgido una voz conciliadora. Incluso impregnada de cierto optimismo. Es la del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin. Ha asegurado que el acuerdo comercial con China está perfilado ya en un alto porcentaje. Espera que se puedan rematar pronto las negociaciones, aunque ha preferido no especular sobre el momento concreto en que ello pueda producirse. Los mercados esperan que EEUU retrase la entrada en vigor de los nuevos aranceles a productos chinos por 300.000 millones de dólares

Ese acercamiento, esa tregua, se espera como agua de mayo, porque ya han comenzado a proliferar los síntomas de estancamiento e incluso de debilidad económica. Si así fuera, se suavizaría el riesgo de un prolongado periodo de enfrentamiento comercial entre las dos mayores potencias económicas del mundo.  Mañana se publicará el PIB de EEUU, para el que se espera una lectura plana en el 3,1 por ciento. 

La economía estadounidense lleva en expansión los últimos diez años, pero ahora asoman las orejas del lobo de la recesión. Y los grandes bancos centrales van a tomar cartas en el asunto. Ayer el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, insistió en que hacen falta nuevas medidas de estímulo ante el enfriamiento de la actividad económica

Pero también dejó claro que la Reserva es independiente y no debe reaccionar de forma precipitada. Lo que han colegido los inversores es que se han enfriado las expectativas de una inminente baja de tipos de interés en Estados Unidos, pero no han desaparecido. Muchos inversores continúan pensando en que dentro de un mes la autoridad monetaria de EEUU reducirá el precio del dinero. Los analistas del banco de negocios Morgan Stanley esperan que la Reserva Federal rebaje el precio del dinero en medio punto a finales de julio, aunque la mayor parte del mercado espera un recorte de tan solo un cuartillo de punto. 

Las Bolsas seguirán con atención el curso de los acontecimientos, porque lo cierto es que los bancos centrales son el clavo ardiendo al que se han aferrado los inversores de medio mundo. No es para menos, porque el panorama en general sigue muy feo, marcado por la guerra comercial, por la tensión prebélica en el golfo Pérsico, por los síntomas de enfriamiento de la economía y algunas otras tensiones geopolíticas. 

Así las cosas, la Bolsa ha evolucionado hoy en altibajos, sin saber muy bien qué camino tomar. El índice Ibex 35  ha cerrado prácticamente plano en 9.157 puntos.  En los mejores momentos del día ha llegado a rebasar la cota de los 9.200 puntos. 

En los demás mercados, el petróleo, en medio de la tensión entre Washington y Teherán, ha subido otro peldaño. Se coloca en puertas de los 66 dólares por barril.  Han bajado de forma importante los inventarios de gasolina y productos destilados en Estados Unidos. Pierde fuerza el euro ante la menor probabilidad de que la Reserva Federal baje el precio del dinero de manera inminente. Se cambia por debajo de  1,14 dólares. Por su parte, el oro se mantiene por encima de 1.400 dólares por onza, que es su precio más alto de los últimos seis años.