La Bolsa pasa del rojo al verde y deja un buen sabor de boca a los inversores
Los movimientos son muy cortos en todos los grandes valores.
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La sesión ha evolucionado de menos a más en el parqué de la Bolsa. El índice Ibex 35 ha subido un 1 por ciento al cierre, hasta 9.128 puntos, después de pasar por 9.000 puntos pelados al cominezo de la jornada. Estas vueltas en un solo día suelen gustar a los expertos. La Bolsa “tiene ganas” de subir. El secretario de estado de EEUU, Mike Pompeo, ha asegurado en el foro de Davos que tiene confianza en que lleguen a buen puerto las negociaciones comerciales con China. Y los inversores se han tranquilizado, al menos parcial y temporalmente. Los mercados, recordemos, han dudado esta mañana ante el temor de que no se produjera a fin de mes la esperada reunión de alto nivel entre Washington y Pequín.
Los bancos han reaccionado con fuerza. Caixabank y Bankia han subido más de un 3 por cietno. Sabadell y Bankinter han mejorado más de un 2 por ciento. Bankinter publicará sus cuentas mañana, jueves, y romperá el hielo de una nueva temporada de presentación de resultados empresariales. Santander y BBVA han sumado un 1 por ciento. Alzas importantes también en Unicaja, que ha vendido activos problemáticos por 330 millones de euros.
En el mercado de divisas, ha llamado la atención la solidez de la moneda británica. La libra esterlina ha subido con fuerza, se cambia esta tarde claramente por encima de 1,30 dolares (1,3070 al cierre de la sesión de Bolsa en Europa). Parece que en Gran Bretaña la oposición y el partido del gobierno podrían acercar posturas para evitar un Brexit sin acuerdo. De ser así, los mercados financieros se quitarían un gran peso de encima. El euro se acerca al cambio de 1,14 dólares, a la espera del consejo que celebrará mañana el Banco Central Europeo. El petróleo reacciona tras la caída de ayer. Supera de nuevo los 62 por barril.
Hoy los mercados han tenido que digerir varios indicadores económicos. Todos importantes, aunque no todos del mismo signo. Por ejemplo, la confianza de los inversores en la zona euro ha caído hasta un registro de menos 7,9 puntos, frente al menos 6,5 que esperaban los expertos y el menos 6,2 anterior. Este indicador se ha visto afectado por los síntomas de menor fuelle de la economía. El Fondo Monetario Internacional ha rebajado recientemente en seis décimas sus previsiones de crecimiento de Alemania, al tiempo que ha empeorado sus perspectivas para el conjunto de la zona euro y para la actividad económica mundial. Pese a estos malos sugurios, hoy mismo la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha asegurado que la economía global no se dirige hacia una recesión.
La prima de reisgo de España ha bajado hasta 109 puntos, con la rentabilidad de sus bonos a diez años en el 1,32 por ciento. Es el menor rendimiento que se recuerda desde hace más de seis meses. Buena noticia.
En Japón, las exportaciones han sufrido su peor caída de los últimos dos años. Es un dato que pone los pelos de punto a más de uno. De momento, sin ir más lejos, las autoridades de China han dejado claro que tomarán medidas expeditivas para alentar el crecimiento y evitar un mayor enfriamiento de la actividad. El PIB del gigante asiático creció el año pasado un 6,6 por ciento, es su peor registro de los últimos 28 años. Hace pocos días, el banco central chino inyectó 84.000 millones de dólares en el sistema financiero, la mayor inyección de liquidez en un solo día de la historia del gigante amarillo. Parece Pequín está poniendo las vendas antes de que la herida pase a mayores. No han gustado tampoco los últimos datos de la balanza comercial. Se han contraído tanto las exportaciones como las importaciones, lo que avala la impresión de que la economía china está perdiendo parte de su fuerza. Las autoridades económicas de Pequín, según algunos expertos, revisarán a la baja su previsión de crecimiento para este año, hasta el 6 por ciento, con una tasa de inflación del 3 por ciento. Por eso China prepara, entre otras medidas, un recorte de impuestos en 2019 y una rebaja de los costes de seguridad social que deben asumir las empresas.