Tu futuro profesional en manos de un algoritmo: ¿cómo puedes convencerlo para que te contrate?

En el especial de COPE 'El dilema del empleo' descubrimos cómo se está utilizando la Inteligencia Artificial para elegir al candidato perfecto para un puesto de trabajo.

Susana Moneo

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La selección de personal está ya en manos de un modelo matemático.

Desde la entrada de tu curriculum en una plataforma de empleo hasta tus gestos en la entrevista final o tu tono de voz son valorados por una inteligencia artificial, un robot en definitiva, que analiza y decide si eres válido o no para la empresa.

El 56% de empresas en España ya utilizan un software en la búsqueda de talento que está presente en todo el proceso. Cuando clicas en una oferta de trabajo, automáticamente, ya te están analizando y tampoco es una persona quien te da la bienvenida, ni quien acepta tu documento, ni quien te agradece tu participación.

En palabras de Josep Curto, experto en Inteligencia Artificial y director de Máster de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) “la inteligencia artificial está cambiando todo el ciclo, desde la creación del curriculum (CV), su distribución, la criba de perfiles y el análisis de las entrevistas ya sean por videoconferencia, texto o audio también la monitorización en el puesto de trabajo” .

“Seguimos adelante, Sandra”

Reducir la cantidad de candidatos es el objetivo de la primera fase de esta tecnología. El sistema evalúa la presentación de los aspirantes en relación con el perfil determinado por la empresa.

Los seleccionados recibirán, después, una invitación automática para realizar una entrevista respondiendo a diversas preguntas en las que tampoco hay ningún humano, está basado en lo que se llama un chatbot, un software que simula una conversación.

Como ejemplo, Sandra. Ella tiene 27 años, ahora trabaja en el departamento de recursos humanos de una gran compañía y llegó a este puesto seleccionada por IA.

Nunca supo contra cuántos candidatos competía, nunca vio a nadie hasta la entrevista final. Cuenta a COPE cómo la criba comenzó por un cuestionario cuyo nombre lo dice todo, Killer Questions, sobre su experiencia y expectativas, “estaba preparada, subí mi candidatura, respondí y comenzó el proceso de selección”.

Sandra hizo lo que recomiendan los expertos “no mentí e intenté encajar mi experiencia con las necesidades de la empresa”. Y llegó hasta el final.

Durante todo el proceso “camuflé la idea de que era solo una máquina” incluso los mensajes automatizados dando las gracias o que te animan a seguir adelante se personalizan: “seguimos hacia delante Sandra” y “piensas que hay alguien detrás viendo tus progresos”

Cómo gustar al Robot

Ya no es suficiente con tener una buena formación, o presentar una excelente trayectoria.

Si somos analizados por un algoritmo, debemos saber cómo mostrarle nuestras habilidades. Quienes los diseñan insisten en que lo principal es “conocer nuestro perfil y encajarlo”, como hizo Sandra.

Lo sabe bien José Canseco, socio director de “The human touch” consultora especializada en gestión de personal: “la clave está en conocer tus fortalezas, en saber qué busca la empresa, qué es lo que más valora, y aquellos elementos que aportan más valor, que son una fortaleza en mí, colocarlos estratégicamente en el documento mediante 'keywords' (palabras clave) para que la máquina lo lea como yo quiero que lo lea”. Así se hace, en definitiva, un curriculum a gusto de los algoritmos, “te lo estoy enseñando más, y más fácilmente”.

También analizan nuestros gestos

En muchas empresas se automatiza también la entrevista final, se analiza lo que decimos y cómo lo decimos, nuestra respuesta corporal, incluso, se escanean los gestos faciales para identificar las emociones.

“Te puedo pedir un vídeo donde quiero ver si eres una persona que confía en sí misma -comenta Canseco- y que la máquina entienda si es verdad o no lo que estás contando”.

Claro con todo esto, la pregunta es dónde queda la empatía, la sensibilidad y la percepción personal.

Detrás de toda máquina está el hombre, “el factor humano es sumamente importante, -explica el profesor Curto-, el control de sesgos, la innovación y reentrenar al sistema lo hacen las personas, controlan la degradación, deben monitorizar y asegurarse de que no hay ningún riesgo”. Ocurrió, por ejemplo, en una gran empresa que solo pasaron el filtro los hombres y se dejó fuera a las mujeres.

Debemos estar preparados para convivir con la IA desde una perspectiva técnica y, según los expertos, también crítica porque, en cualquier profesión, “vamos a interactuar con sistemas que van a estar apalancados por algoritmos y necesitamos saber cuándo lo hacen y cómo nos afectan, -explica Curto- debemos ampliar nuestros conocimientos y saber qué hacen las empresas” porque “el límite, -asegura- es nuestra imaginación”.