Llanto y crujir de dientes en el sector bancario: Caixabank y Sabadell se han desplomado
Las acciones financieras se han dolido y han sufrido después de que el BCE dejase claro la semana pasada que tardará en subir el precio del dinero
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La última semana ha sido muy negativa en la Bolsa. El mercado se ha frenado en seco después de cuatro semanas con ganancias. El índice Ibex 35 ha ido a buscar apoyo a la zona de los 9.000 puntos. Hoy ha cerrado en 9.019 con baja de un 0,4 por ciento. La semana se salda con una pérdida del 1,8 por ciento. A pesar de las últimas dudas, la Bolsa ha cerrado su mejor mes de enero de los últimos ocho años con una revalorización del 6 por ciento.
Los bancos han vuelto a tambalearse. Y de qué manera. Sólo BBVA se ha salvado hoy de la quema. Los mercados se han atragantado con los resultados de las entidades bancarias. BBVA ha mejorado el suyo un 51 por ciento, hasta 5.324 millones de euros, gracias en parte a la venta de su filial en Chile.
El beneficio de Caixabank ha crecido un 18 por ciento, mientas el Banco Sabadell ha reducido el suyo en un 54 por ciento, debido a los costes de saneamiento de su filial británica TSB. Hoy las acciones de Sabadell han caído un 9 por ciento y un 7 se han dejado las de Caixabank. Los inversores esperaban más de ambas entidades.
Las acciones financieras se han dolido y han sufrido después de que el BCE dejase claro la semana pasada que tardará en subir el precio del dinero. A estas alturas parece claro que no habrá una subida de tipos de interés por parte del BCE hasta finales de año o comienzos de 2019. El negocio bancario necesita tipos de interés positivos... y llevan mucho tiempo en el cero por ciento. Tampoco benefician al sector bancario las pobres cifras de crecimiento económico.
Los indicadores que han publicado hoy han vuelto a insistir machaconamente en la impresión de progresivo enfriamiento de la economía. El índice PMI de actividad en el sector manufacturero de la zona euro se ha reducido desde 51,4 a una lectura de 50,5 puntos. Es su ritmo más lento de los últimos cuatro años. Lleva seis meses perdiendo impulso.
Se han debilitado las economías de casi todos los grandes países. En Alemania se ha situado por primera vez en cuatro años por debajo de 50 puntos, lo que indica contracción de la actividad. En Italia el índice PMI muestra su peor lectura de los últimos 68 meses. La excepción es, una vez más, la economía española, aunque la mejora de este indicador no ha sido demasiado relevante.
Pero nadie olvida que el PIB de España ha cerrado 2018 con un ritmo de crecimiento del 2,5 por ciento, su nivel más moderado de los últimos cuatro ejercicios. Lleva tres años perdiendo impulso. En el conjunto de la zona euro, el PIB creció un 1,8 por ciento en el pasado año, frente al 2,4 contabilizado un año antes. Preocupa la pérdida de fuerza de la economía alemana y preocupan las cifras de Italia, donde ya se han registrado dos trimestres con crecimiento negativo, lo que, técnicamente, ya se considera recesión.
El gobierno alemán ya ha rebajado sus expectativas de crecimiento económico para este año desde el 1,8 hasta el 1,0 por ciento. El IPC eurozona se ha situado en el 1,4 por ciento en tasa interanual, frente al 1,6 del mes anterior y al 1,9 del precedente. La tasa de inflación se aleja del objetivo del BCE, que es del 2 por ciento.
En EEUU se han publicado las cifras de paro. La tasa ha aumentado una décima hasta el 4 por ciento, debido, en parte, al cierre temporal de la administración Trump. Los mercados dan por bueno el dato, porque la economía estadounidense creó el mes pasado 304.000 empleos no agrícolas, muchos más de los que se esperaban. Casi el doble.
La semana que viene se conocerá finalmente el dato de PIB de Estados Unidos. Se retrasó su publicación hace unos días como consecuencia del cierre temporal de la administración Trump. Los analistas creen que la economía estadounidense se ha enfriado. El PIB puede haberse desacelerado desde el 3,4 hasta el 2,8 por ciento, según los analistas.