El motivo por el que los cosméticos que usas a diario han cambiado su composición sin que te hayas dado cuenta

La falta de agua está cambiando nuestros hábitos de consumo, muchas veces sin darnos cuenta.

Cosmético, archivo

María Bandera

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Cataluña ya está oficialmente en fase de emergencia por sequía. El tema preocupa cuanto menos porque se trata de una situación sin precedentes que conlleva importantes cambios en nuestro consumo. El principal, una limitación a un máximo de 200 litros por habitante y día.

Pero hay más. Afecta al riego y a múltiples actividades ya sean agrícolas, industriales o recreativas.

La última actualización sobre el estado de los embalses, estima que se ha bajado ya de la línea roja establecida en el 16 %.

En este contexto COPE aborda este jueves el problema de la sequía con una programación especial: 'Sequía: un peligro silencioso'.

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Pero el problema de Cataluña se podría extender a otros puntos de España. Es el caso de Andalucía que aunque no es tan grave, Carlos Herrera ha recordado que "en la cuenca del Guadalquivir ya están al 14 y el 21%".

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¿Cómo afecta a nuestro bolsillo la falta de lluvia?

Lo contaba Herrera hace unos días. Se centraba en Andalucía, pero para muestra sirve ese botón. "El que no llueva a su PIB le puede costar dos puntos durante el 2024 porque pierde la agricultura, pierde el turismo, la cosecha de aceituna se ha reducido un 50%, y algo parecido pasa con otros cultivos como el algodón o el arroz".

Pero, ¿cómo cambia la falta de agua tus hábitos?

A la sequía se suma el hecho de que menos del 1% del agua del planeta es potable y que alrededor de 748 millones de personas viven privados de ella.

Esta situación impone una respuesta no solo global, también aterrizada a nuestro día a día. Más allá de cerrar el grifo cuando nos lavamos los dientes, elegir ducha en lugar de baño o reutilizar el agua sucia para regar nuestras plantas, hay otros cambios que ya estamos realizando en nuestro estilo de vida, en muchas ocasiones sin ser conscientes.

Tus vaqueros

La industria textil emplea cerca de 93.000 millones de metros cúbicos de agua al año, según datos de la Fundación Ellen MacArthur.

Por ejemplo. según ASIRTEX, la Asociación Española de Reciclaje Textil, la moda emplea 2.720 litros de agua solo en hacer una camiseta, el equivalente a lo que bebe una persona en tres años.

Ante esto, quizás no lo sepas pero algunas empresas apuestan ya por la sostenibilidad con lo que puede ser que los vaqueros que lleves estén fabricados ya utilizando un menor gasto de agua.

Cosmética water-free

Son productos que están formulados sin agua. Y son un boom que se debe a la conciencia ecológica y responsable de muchos consumidores, según explica Mar Sieira, farmacéutica y CEO de Sarah Becquer.

Lee con detenimiento la etiqueta de los cosméticos que utilizas. Puedes ver que uno de sus principales componentes es le agua. Una crema puede contener hasta un 80% en su fórmula, porcentaje que se eleva hasta más del 90% en un champú o un gel.

Puede ser que algunos de los cosméticos que utilizan ya se haya sumado a esta tendencia y que no lo sepas.

Lavado de ropa

Sin querer el alto coste de la electricidad nos ha llevado a reducir las lavadoras que ponemos en casa. Es decir, sin darnos cuenta consumimos mucha menos agua también.

Además son muchos los que ya ni compran este electrodoméstico y que utilizan en su lugar las lavanderías que ya proliferan en los barrios.

Lavandería, archivo

Menos carne

Al margen de gustos, algunos ya apuestan por controlar el consumo de carne por considerar el gasto elevado de agua en su producción.

Pero no todas carnes gastan por igual. La Water Footprint Network explica que para producir 1 kilo de ternera son necesarios 15.400 litros de agua, 10.400 si es de cordero, 6.000 si es de cerdo y 4.300 en el caso del pollo.

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Bar, archivo

La emergencia

Entrar en una emergencia como la de Cataluña implica además muchos cambios en las rutinas de los ciudadanos.

Queda prohibido por ejemplo el uso de agua potable salvo si es para un accidente o incendio, pero sí que se permite el uso de agua regenerada o freática.

Tampoco se puede lavar el coche excepto en establecimientos dedicados a esta actividad, que tienen circuitos de recirculación de agua, ni realizar el llenado total o parcial de todo tipo de piscinas o el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes.

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