Sánchez anuncia a Bruselas una subida de 20.000 millones de euros hasta 2022
El Ejecutivo socialista ha enviado el Programa de Estabilidad 2019-2022 que apoyará a través de impuestos como la tasa Google o una subida del IRPF
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El Gobierno en funciones ha enviado a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad 2019-2022 en el que planea un ajuste estructural del déficit para que el agujero presupuestario se reduzca. El objetivo es que el ratio ingresos/PIB aumente del 38,9% hasta el 40,7% en un plazo de cuatro años, una intención que ya mantenía el Ejecutivo de Sánchez en los anteriores Presupuestos Generales del Estado que no vieron la luz en el primer trimestre de este 2019. La ministra de Economía, Nadia Calviño, ha confirmado que esperan que ese aumento del ratio se traduzca en este primer ejercicio en algo más de 5.000 millones de euros, traducido al período hasta el 2022, quedaría en un margen de más de 20.000 millones.
Eso sí, ¿cómo espera el Gobierno de Sánchez llevarlo a cabo? A través de una subida adicional de los tipos impositivos. Una serie de medidas que ya estaban incluidas en los 110 puntos del programa electoral socialistas para estas elecciones generales del 28 de abril. Entre ellos está incluido el impuesto sobre servicios digitales, o también conocidos como Tasa Google y Tasa Tobin; un nuevo tributo a las transacciones financieras; una subida del diésel; una subida del IRPF a las rentas superiores a 140.000 euros; así como un impuesto de sociedades a las grandes compañías.
En palabras de Calviño: “Este incremento paulatino del peso de los ingresos públicos sobre el PIB responde tanto a la favorable evolución de la economía, que impulsa el crecimiento de las bases imponibles y la recaudación, como a la estrategia del Ejecutivo de incrementar la recaudación agregada con el objetivo de ir acercando los niveles de tributación de España a la media de los países de nuestro entorno”. Un nuevo cuadro macro que prevé una previsión de crecimiento del 2,2% y una relajación del objetivo de déficit público que Sánchez ya quiso llevar a cabo el año pasado.