Atención colegios y centros educativos: La educación será híbrida y tecnológica o no será
Cada vez hay más centros educativos que están incorporando la tecnología a su método de enseñanza, y no sólo por la situación de distanciamiento obligatorio y protocolo sanitario
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Estamos en ese periodo del año en el que se abre el proceso de matriculación para que las familias busquen un colegio o escuela pública donde puedan inscribir a sus hijas e hijos en la etapa escolar que le corresponde. Y por efecto del Covid-19, todo este proceso se podrá hacer de forma virtual de principio a fin (incluidas las visitas a las instalaciones), sin necesidad de acudir al centro presencialmente. Igual que las clases. Cada vez hay más centros educativos que están incorporando la tecnología a su método de enseñanza, y no sólo por la situación de distanciamiento obligatorio y protocolo sanitario que ha traído la crisis sanitaria, sino porque los padres y tutores de esas niñas y niños han visto como la digitalización está transformando su entorno laboral (según Adecco Group Institute, casi tres millones de personas siguen teletrabajando actualmente; 1,2 millones más que hace un año) y su día a día (más del 62% de los usuarios realizó compras online el año pasado, según el INE). Por lo que la tecnología no sólo interesa por motivos sanitarios sino porque está integrándose en nuestra sociedad a velocidad de vértigo y es importante que nuestros hijos la dominen.
Se impone, por lo tanto, un modelo hibrido de enseñanza, donde se alternen los periodos presenciales en las escuelas con días o semanas académicas en casa. Pero ¿cómo se puede llevar a cabo este proceso? Vayamos por partes.
Ahora que la fibra está presente en 3 de cada 4 hogares españoles según el último informe de la Sociedad Digital de Fundación Telefónica, lo más importante es asegurar la conectividad, adecuando la infraestructura en centros y hogares para poder consumir recursos digitales con la mejor experiencia de usuario y dar acceso al contenido en la nube para que la formación no se vea interrumpida en ningún caso. Y así se pueda desarrollar en cualquier momento y lugar. Además, es necesario contar con herramientas de ciberseguridad para que haya un entorno seguro en el que los menores puedan conectarse sin peligro y preserven su intimidad. Los centros también deberán asegurarse un servicio de soporte continuado para que los problemas técnicos que puedan surgir no supongan un parón en el desarrollo normal del curso.
Una vez que el centro esté preparado a nivel de infraestructuras, es necesario convertir el centro en un sitio de aprendizaje, con el alumno como elemento activo en su educación. Para ello, habría que apostar por el uso de plataformas tecnológicas para que, por un lado, el profesor pueda ofrecer una atención personalizada al alumno, como, por ejemplo, haciendo uso de plataformas a través de las cuales pueda interactuar con él y evaluarle; y por otro, utilizarla como herramienta de aprendizaje, con contenidos adaptados que les incentiven en su proceso académico. Como recursos interactivos y multimedia, que están basados en aplicaciones didácticas (como la gamificación), o herramientas que integran recursos externos elaborados, por ejemplo, por el docente, hasta los que habilitan las destrezas digitales del estudiante. Las aulas se convierten así en espacios híbridos donde la teoría y la experiencia se dan la mano para ayudar al alumno a avanzar en su formación. Se trata de implantar una solución de principio a fin, que integre todos los elementos de esa escuela (cultura por el que se rige el centro, conocimientos, profesorado, canal de comunicación con las familias o aplicaciones de gestión propia del colegio) y para ello es necesario contar con la tecnología para que sirva de elemento aglutinador de todo el sistema. Porque la transformación digital de la educación significa la capacitación digital del alumno, ¿y quién no quiere eso para sus hijas e hijos?