Una camarera marroquí trabaja en una boda en Noruega y alucina con lo que tienen que llevar los novios al banquete: "De casa"
Muchos jóvenes que salen de su país para trabajar y ganar más dinero se encuentran con costumbres que sorprenden y nada tienen que ver con las que conocían hasta entonces
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En Noruega, los sueldos suelen ser altos en comparación con otros países con salarios que pueden rondar de media los 4.000 euros, aunque puede variar considerablemente dependiendo del sector, la experiencia y la zona donde vayamos a vivir.
Es por ello que muchos jóvenes opten por hacer la maleta y buscar una trabajo en este país escandinavo.
Jóvenes como Dua, una joven marroquí que trabaja como camarera en este país y que en su cuenta de TikTok @duaabm0 ha compartido un vídeo con las curiosidades de servir en una boda noruega.
En la grabación muestra cómo prepara el salón palaciego donde al día siguiente se va a celebrar un enlace. Se pueden observar grandes espejos y enormes ventanales por los que entra una luz solar muy potente pese a ser casi las diez de la noche, según cuenta.
Recuerda que las bodas en este país no distan mucho "de las bodas en España o Europa", si bien tiene algunas peculiaridades que sin duda llaman la atención y que poco a poco va desgranando.
En total unas diez mesas redondas perfectamente vestidas, presididas por una de forma rectangular donde explica, se sentarán los novios. Hasta ahí nada diferente a las bodas patrias.
Entre sus cometidos, servir el vino y la comida, asegurarse de que todo "está bien", organizar el comedor y montar las mesas, un trabajo que "aún no ha terminado". y en el que está inmersa mientras realiza la grabación.
discursos y tartas caseras
La boda, según relata comienza con un champán previo a entrar en la sala. Una vez en su interior, comienzan los "discursos" porque allí "se habla mucho". Le sigue la comida, que consta de entrantes, segundos, postres "y cada plato con su respectivo vino".
En lo que se refiere a los dulces, sí que le sorprende que allí los novios se lleven sus propias tartas "hechas de casa". "Las ponen y se sirven con café".
Una vez terminada la comida los invitados abandonan el salón y se van a otro espacio donde por un rato "cantan y bailan". En ese momento los camareros aprovechan para cambiar la sala del banquete y "convertirla en una de fiesta, con DJ incluido".
la bebida, a cuenta de los invitados
Y ya por la noche "a beber", señala. "Las bebidas, ya sean cócteles y cualquier otro tipo de alcohol las pagan ellos mismos". Esto es preciosamente algo que la ha "sorprendido" porque "en Marruecos al menos todo lo pagan el novio y la novia".
En cuanto a horarios relata que la boda comienza a las 3 de la tarde y termina a las 3 de la madrugada, un turno que ella hace completo.
"Yo misma lo elijo, es decir, me ofrecí voluntaria a trabajar". Y es que la boda es en sábado e incluye horas nocturnas, por lo que "se gana casi el doble que un día normal".
"nada que envidiar"
Dua conoce perfectamente las bodas marroquís y comparando con las noruegas deja claro que "no tienen nada que envidiar".
"Nosotros celebramos las bodas en palacios y duran tres días. Para mí esto es muy elegante, muy bonito pero yo no cambiaría las bodas marroquíes por nada. Pero bueno, no puedo ser objetiva, soy marroquí", bromea ante sus casi 300.000 seguidores.
Reconoce además que le "encanta" ser partícipe y disfrutar "de la boda de tantísimas personas" porque se reconoce "una persona muy romántica".
"Desde que estoy aquí he perdido la cuenta de a cuántas bodas he asistido, a cuántos novios y novias he visto felices. Me lo paso muy bien, la verdad. Me encanta trabajar. Aunque sean muchas horas, las disfruto. Y por supuesto siempre sobra comida, así que me pongo las botas".