Va a cenar a un restaurante, pide la cuenta y lo que le planta la camarera en la mesa le deja fuera de juego: "En la vida"

La hostelería es uno de los sectores donde se dan situaciones de lo más inverosímiles y esta es una de ellas. 

María Bandera

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La hostelería en España desempeña un papel fundamental en la economía, ya que contribuye significativamente al crecimiento del país al proporcionar un buen número de puestos de trabajo. 

El último informe anual recogido en el 'Anuario de la Hostelería 2024' revelaba que en 2023 operaban más de 300.000 establecimientos en todo el país, que generaban empleo para 1,7 millones de personas con una facturación de 157.379 millones de euros, lo que supone un 6,7% del PIB nacional. 

Esto se debe en gran parte a la gran afluencia de turistas que llegan cada año atraídos por la variada oferta gastronómica española. Además se trata de un sector que ha sabido cómo adaptarse a los tiempos y modernizarse incorporando herramientas digitales como las reservas en internet o los servicios de comida a domicilio. 

A falta de las cifras definitivas, las previsiones advertían de que el sector de la hostelería en España cerraría 2024 con un crecimiento cercano al 6% en comparación con el año anterior, cuando alcanzó una facturación de 157.379 millones de euros

Por lo pronto para este 2025 se esperan unas cifras más modestas, con un aumento estimado de entre el 3% y el 4%. 

En cualquier caso, la hostelería es un sector que sigue fortalecido por la recuperación del turismo, la digitalización de los servicios y su capacidad de adaptación, pero que también se enfrenta a numerosos rdesafíos como la inflación, los costos operativos y las fluctuaciones en el poder adquisitivo de sus clientes. 

      
             
      

atención al cliente

Otra de las patas para la buena marcha de la hostelería es la atención al cliente, un elemento esencial de cara a garantizar una experiencia satisfactoria y fomentar la fidelidad de los clientes, por lo que es crucial contar con un personal de confianza, que ayude a que los clientes se sientan cómodos desde el primer momento. 

Además es importante ofrecer un servicio  eficaz que evite las esperas prolongadas,  así como ser capaz de gestionar cualquier incidencia de la mejor manera posible con el fin de mantener la buena reputación del establecimiento. 

El secreto del éxito de la tortilla de este bar de Logroño

la calderilla, a juicio

Precisamente de una de estas incidencias se ha hecho eco Jesús Soriano en su popular cuenta @soycamarero. En ella se puede leer la queja de una pareja que fue a cenar a un restaurante y que recibieron de una camarera lo que nunca habrían imaginado. "Nos atendió una chica latina de pelo rizado, pagamos en efectivo y nos devolvió 30 céntimos en monedas de un céntimo porque decía que no tenía cambio". 

      
             
      

A juicio de estos clientes molestos, el hecho de trabajar de cara al cliente implica "saber actuar y dar la talla en su trabajo". 

Es algo que según cuenta uno de estos comensales, sabe bien porque también se gana  la vida de cara al público, por eso advierte "en la vida se me ocurriría hacer eso". 

Explica que en lugar de ofrecer tantas monedas en el cambio, debería de haber buscado "soluciones". En su opinión, esto demuestra que se trata de una persona "sin ganas de trabajar", a la que "le da igual la atención que de". "Este puesto se lo merece una persona que de verdad quiera trabajar" y concluyen la queja 'esperando' que no se trate de "una política de empresa".

      

Las reacciones a la publicación no se han hecho esperar. Hay quienes aplauden el mensaje de esta clienta insatisfecha y apuntan a un trasfondo de picaresca. "No, no volvería y listo, es dinero legal, pero así no. Lo siento. Las propinas no son obligatorias, se supone que se cobra por trabajar no por mendigar".

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Imagen de archivo

"Tiene razón la mujer, no me creo que no haya en la caja, aún así tiene que haber otra solución. Me da a mí que es el truquito de la camarera para quedarse con la propina. Como nadie lo coge, 30 céntimos que se queda", añade otro de los usuarios. 

Otros se remiten a una "norma europea que establece un máximo hasta 20 céntimos en monedas de 1 céntimo, tanto para pagar como para dar cambio".

Los hay que por el contrario defienden a la camarera. "¿El cliente puede pagar en céntimos pero el local no puede usarlos?", se preguntan algunos. "He trabajado muchos años en bares y restaurantes y reconozco que cuando falta poco para cerrar y tienes que encargarte del cierre de caja, la calderilla te hace perder mucho tiempo". 

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