La declaración de la renta en Europa: De la voluntariedad de Reino Unido a las altas devoluciones de Alemania

Los corresponsales de Cope en Reino Unido, Alemania, Francia e Italia explican las principales características del impuesto que grava la renta en los países de la Unión 

Declaración de la renta en Europa

Marcelino Abad

Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Sanidad, educación o pensiones. Son algunas de las materias a las que se destina el grosso de la recaudación obtenida con el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). Una contribución que no siempre es bienvenida por los ciudadanos pero que resulta necesaria para el sostenimiento del Estado del Bienestar.

Pese a que la tributación europea es más la expresión del funcionamiento de los sistemas nacionales que una verdadera fiscalidad comunitaria ya que no existe una normativa común sobre cómo debe gravarse la renta, los Estados Miembros acuden al impuesto para financiar los servicios públicos que ofrecen. No obstante, su regulación y la recaudación que obtienen difieren en función del país.

Así, según el último dato publicado por la oficina estadística Eurostat, en 2016 la Hacienda española recaudó por el IRPF una cantidad equivalente al 7,3% de su producto interior bruto (PIB), dos puntos por debajo de la media de toda la Unión (9,3%). Entre los países que más percibieron se sitúan Dinamarca, Suecia, Finlandia, Bélgica o Italia, que ingresaron entre un 26% y un 12% de su PIB. Las diferencias se deben, fundamentalmente, a los tipos de gravamen –que en el caso de España el máximo se sitúa, como en el Reino Unido, en el 45%- y a las exenciones, deducciones y bonificaciones fiscales, sin perder de vista la tasa de paro.

EN REINO UNIDO NO HAY OBLIGACIÓN DE HACER LA DECLARACIÓN

Una de las peculiaridades de Reino Unido es que no existe la obligación de hacer la declaración de la renta que ocupa a los españoles entre los meses de abril y junio. Como informa Iván Alonso, corresponsal de Cope en el país, “los trabajadores por cuenta ajena no están obligados a hacerla a no ser que crean que las retenciones han sido demasiado altas y se les debería devolver parte de lo detraído mensualmente de su salario”. No obstante, “los autónomos sí tienen que presentar un informe al final de cada año fiscal -que coincide con el mes de abril- declarando sus gastos e ingresos”.

“Los trabajadores no están obligados a hacer la declaración salvo que crean que las retenciones han sido demasiado altas"

El impuesto, denominado “Income Tax”, que en 2016 representó el 9,1% de su PIB, se caracteriza porque es la empresa la que lo detrae semanal o mensualmente de la parte del salario del trabajador y lo ingresa en la administración tributaria. No obstante, están exentas de tributación las primeras 11.500 libras. En el caso de España, la exención se prevé para quienes ganen menos de 22.000 euros anuales procedentes de un solo pagador o menos de 12.000 cuando haya más de uno.

En lo que respecta a los tipos de gravamen que se aplican en Reino Unido, el máximo se sitúa en el 45%, como en España. Además, existen diferentes deducciones fiscales. La más importante es por hijos, que permite al contribuyente deducirse 20,30 libras a la semana por el primer vástago y 13,40 por cada uno de los demás. Las deducciones aprobadas para este ejercicio por el fisco español son de 2.400 € para el nacimiento o adopción del primer hijo; de 2.700 € para el segundo hijo; de 4.000 € para el tercero; y de 4.500 € para el cuarto y siguientes.

ALEMANIA, DEVOLUCIONES DE HASTA 900 EUROS A CUENTA DE LAS RETENCIONES

En el caso de Alemania, cuyo sistema fiscal se caracteriza por ser de los más complejos de Europa, el impuesto sobre la renta -denominado Einkommensteuer- representó en 2016 el 9,2% de su PIB. Según informa Rosalía Sánchez, corresponsal de Cope en el país, para “determinar la cantidad a pagar se aplica el principio de importe neto, es decir, se deducen las inversiones a las ganancias y se descuentan los medios que fueron necesarios para adquirir y mantener los beneficios -como los gastos de viaje al puesto de trabajo-. En algunos casos el impuesto se deduce directamente antes de recibir los ingresos, mientras que en otros se tiene que pagar retroactivamente después de haber hecho la declaración”. Además, las retenciones son muy altas, de modo que el 90% de los trabajadores recibe devoluciones de una media de 900 euros.

"Las retenciones son muy altas, de modo que el 90% de los trabajadores recibe devoluciones de una media de 900 euros"

Hay que señalar, no obstante, que existen distintas clases de impuesto sobre la renta según el tipo de ingresos o de contribuyente. Así pues, está el impuesto sobre el salario -denominado Lohnsteuer- que grava el sueldo de los trabajadores por cuenta ajena. El empleador lo detrae del salario bruto mensual y lo transfiere a Hacienda. También está el impuesto sobre los beneficios del capital -llamado Kapitalertragssteuer-, que se aplica sobre el rendimiento del dinero en forma de intereses, dividendos, beneficios de inversiones o de títulos de valores y que se descuenta de las ganancias por parte del instituto financiero.

Rosalía Sánchez explica que en el país teutón "están exentas de hacer la declaración las personas que ingresen una cantidad bruta anual menor a 8.354 € o los trabajadores de minijobs -contratos de baja remuneración y un tope máximo de horas de trabajo a la semana- cuyos ingresos no superen los 450€". Además, el tipo impositivo es lineal-progresivo, lo que significa que cuanto mayor es el sueldo, mayor es el porcentaje de impuestos a deducir.

FRANCIA VIRARÁ HACIA EL MODELO ESPAÑOL EN 2019

En Francia, cuyos ingresos a cuenta de su impuesto sobre la renta -denominado déclaration de revenus- ascendieron al 8,7% de su PIB en 2016, el tributo grava la suma de todos los ingresos obtenidos durante el año anterior al pago. Según explica la corresponsal de Cope en el país galo, Asunción Serena, “el sistema impositivo es declarativo. La declaración previamente rellenada por la administración con las informaciones que recibe de terceros debe debe ser verificada y corregida” por el obligado tributario.

De este modo, los ingresos son declarados por el contribuyente al comienzo del año siguiente. La administración luego determina las bases impositivas y le envía un aviso de evaluación con los impuestos que debe pagar. El contribuyente puede elegir entre diversas formas de pago, ya sean parciales, mensuales o a través de la retención de impuestos.

No obstante, en el país galo la obligación de hacer la declaración de la renta incluye también a las personas “non imposables”, esto es, a quienes hayan ganado menos de lo necesario para pagar impuestos -en 2016 la exención se fijó en 9.710 euros-.

"La obligación de hacer la declaración incluye a las personas que hayan ganado menos de lo necesario para pagar impuestos"

La corresponsal de Cope en Francia explica, sin embargo, que "a partir de 2019 será generalizado el sistema de retención de impuestos -que es el sistema español-, de modo que quien paga los ingresos se convierte en la persona que debe abonar a las autoridades fiscales el impuesto retenido".

ITALIA, EN BUSCA DE NUEVAS FORTUNAS

En lo que respecta a Italia, cuyo impuesto sobre la renta -denominado Imposta sul reddito delle persone fisiche- supuso un 12% del PIB en 2016, el sistema se caracteriza porque "el año fiscal coincide con el natural y los impuestos se pagan en relación a los ingresos percibidos en ese periodo. No obstante, cada persona debe declarar de forma individual, y aunque una pareja casada puede presentar una declaración conjunta, la carga impositiva de cada uno sigue siendo individual", explica Eva Fernández, corresponsal de Cope en Italia y el Vaticano. Además, los impuestos son retenidos por el empleador mensualmente.

Por otro lado, la periodista informa de que actualmente el país baraja una ley que permita "pagar una tarifa plana de 100.000 dólares en impuestos a personas superricas que muevan allí su residencia fiscal" y que se aplicaría a los ingresos generados en todo el mundo, aunque no en el propio país, pues esas actividades económicas quedarían sujetas a la misma imposición que la del resto de individuos. El principal objetivo de esta medida, asegura, es atraer a las grandes fortunas que se dispongan a salir del Reino Unido como consecuencia del Brexit.

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