La Bolsa encuentra algunos clavos ardiendo a los que asirse y cierra con ganancias extendidas

Las Bolsas han operado hoy de menos a más. Los inversores han comenzado picotear aquí y allá en el mercado, aprovechando los bajos precios que han dejado el desplome de ayer y la apertura bajista de hoy. El índice Ibex 35 ha cerrado en 7.270 untos con alza de un 1,04 por ciento. La Bolsa se ha dado la vuelta después de que la agencia europea del medicamento haya aprobado el fármaco Remdesivir desarrollado por Gilead Sciences para el tratamiento del Covid-19 y después de que el Banco Central Europeo haya “prometido” nuevas medidas de estímulo que aumenten la liquidez en el mercado incluso fuera de la zona euro. Son clavos ardiendo, pero clavos a los que agarrarse, al fin y al cabo. En los peores momentos del día la Bolsa ha llegado a moverse por debajo de los 7.100 puntos.

Además, los inversores confían en que el Eurogrupo alcance un acuerdo en su “cumbre” de mediados de julio para aprobar el plan de reconstrucción por importe de 750.000 millones de euros entre créditos y subvenciones. Con esta artillería Europa luchará contra los efectos económicos de la crisis sanitaria. Los bolsistas han tenido que digerir toda una batería de indicadores y de previsiones económicas. Y no han torcido el gesto, a pesar de que ha habido un poco de todo. La revisión del dato preliminar de PIB de Estados Unidos ha dejado sin cambios la estimación inicial. La economía de aquél país se ha contraído entre enero y marzo a un ritmo del 5 por ciento. Había crecido un 2,1 por ciento en el trimestre anterior. Por tanto, no se ha revisado a peor. Algo es algo, pero se espera una fuerte caída en el segundo cuarto del año.

Además se ha conocido que las peticiones de bienes duraderos han repuntado un 15,8 por ciento en mayo, frente a la contracción del 18 por ciento contabilizado un mes antes. Es un dato mejor de lo esperado, que se ha visto eclipsado por las peticiones subsidios por desempleo, que han crecido en 1,48 millones la semana pasada, una cifra que supera las previsiones de los expertos. En las últimas 14 semanas más de 47,5 millones de estadounidenses han perdido su trabajo y han solicitado una ayuda pública. A pesar de estos datos, el asesor económico de la Casa Blanca ha asegurado que todavía confía en que la recuperación se produzca en forma de V.

Dentro de casa, el índice de precios industriales ha bajado con fuerza en mayo, con una caída del 8,7 por ciento en tasa interanual. Es su mayor caída desde que el INE comenzó a elaborar la serie, en el año 1975. El Banco de España estima que el PIB se ha contraído un 20 por ciento en el segundo trimestre. El desplome de la actividad económica, por tanto, se habría intensificado. Espera un aumento de la tasa de paro próxima al 20 por ciento. Coincide con el Banco Central Europeo en pronosticar que la economía no recuperará los niveles anteriores a la crisis hasta finales del año 22.

Por su parte, los expertos de la agencia de calificación crediticia Moody's han empeorado sus previsiones económicas para los países del G-20. Esperan ahora una contracción de la actividad del 4,6 por ciento este año, frente a al 4 por ciento que estimaban inicialmente. Para España Moody's pronostica una contracción del 9,9 por ciento en el año en curso, muy por debajo del desplome del 12,8 por ciento que estima el Fondo Monetario Internacional. Para el año 21, Moody's espera una recuperación del PIB del 7,5 por ciento mientras el Fondo estima un crecimiento del 6,3 por ciento. Mientras tanto, los expertos de S&P han empeorado su previsión de crecimiento para España en 2020 hasta una contracción del 9,8 por ciento.

Los analistas del banco suizo UBS creen que las grandes economías mundiales no pueden permitirse otro confinamiento. Sería un desastre si un rebrote de la pandemia obliga a un nuevo cierre de la actividad. Los contagios están casi fuera de control en algunos países de Latinoamérica y, en menor medida, en la India y Rusia. Y hay un rebrote preocupante en Estados Unidos.