Las Bolsas europeas se animan al calor de los máximos históricos que consiguió Wall Street el viernes

Los mercados europeos se han desayunado esta mañana con la noticia de que la economía de China ha crecido en el primer semestre a su ritmo más  bajo de los últimos 27 años. Concretamente el PIB del gigante asiático ha aumentado al  6,3 por ciento en el conjunto de la primera mitad del año, frente al 6,8 contabilizado un año antes. Sin embargo la producción industrial china ha mejorado a un ritmo del 6,3 por ciento en junio, cuando se esperaba poco más de un 5 por ciento. Y las ventas al por menor han crecido con fuerza (9,8 por ciento). Ambas han matizado notablemente el impacto de las pobres cifras del PIB. El enfrentamiento comercial con Estados Unidos se deja notar en la economía china, pero según y cómo. 

Los inversores, en general, han dado por buenos estos indicadores. Las Bolsas europeas han comenzado la semana con ganancias.  Moderadas, pero ganancias. El índice Ibex 35 sube un 0,6 por ciento tras las primeras operaciones del día. Se coloca en 9.348 puntos y recupera prácticamente todo el terreno que perdió la semana pasada.  Si la Bolsa consolida los 9.300 puntos podría ir a buscar los 9.500 según los analistas técnicos. Por abajo el primer suelo se encuentra en la cifra redonda de los 9.000 puntos, aunque el soporte técnico más solvente está algo más abajo.  

Las plazas europeas siguen la estela que marcó el viernes Wall Street, que cerró con importantes subidas y con nuevos máximos históricos.  El índice S&P 500 terminó por encima de 3.000 puntos, mientras el Dow Jones de valores industriales saltó limpiamente y con holgura los 27.000. Más complicadas están las cosas en el mercado de bonos de Estados Unidos, donde los títulos  a diez años rinden un 2,12 por ciento, que es algo menos que la deuda estadounidense a tres años, una circunstancia anormal que suele anticipar un próximo enfriamiento de la actividad económica.  Hoy comienza una nueva temporada de presentación de resultados en Estados Unidos. Las cuentas de las grandes compañías y la posible rebaja en el precio del dinero por parte de la Reserva Federal marcarán el futuro a corto de las Bolsas. 

Mañana los inversores volverán sus ojos hacia las referencias que lleguen desde Europa y Estados Unidos.  En el país de las barras y las estrellas se publicarán la producción industrial y las ventas al por menor. En ambos casos los analistas esperan una ligera pérdida de impulso. En zona euro, se conocerán la balanza comercial y  también el índice ZEW de confianza empresarial en Alemania. Son referencias que los inversores vigilarán con atención.  El miércoles la cita es con el IPC de la eurozona. Los expertos esperan que la inflación se mantenga en el 1,2 por ciento en tasa interanual.  El BCE mirará con lupa del dato de inflación, ya que puede condicionar las decisiones que tome en su próximo consejo del día 25.

Dentro de casa, el Tesoro vuelve al mercado en dos ocasiones en busca de financiación. El martes colocará letras a 3 y 9 meses y el jueves venderá deuda a medio y largo plazo. En las últimas subastas, el Tesoro ha colocado letras a 6 y 12 meses con rentabilidades cada vez más negativas. Ya cobra cerca de un 0,5  por ciento a los ahorradores que compran estos títulos.  Además, ha vendido bonos y obligaciones y ha conseguido abaratar sustancialmente su coste de financiación. 

En los demás mercados, el oro sube hasta 1.415 dólares por onza, también sube el euro, se acerca de nuevo al cambio de 1,13 dólares. Hace un año se movía por encima de 1,17 dólares. El precio del petróleo roza los 67 dólares por barril. Es su precio más alto del último mes y medio.  La tensión en el Golfo Pérsico, los huracanes en el Golfo de Méjico y las menores reservas de carburantes en Estados Unidos continúan sosteniendo los precios. El mercado se ha tensado con especial virulencia después de que Estados Unidos se  retirase del acuerdo nuclear y con la decisión de Irán de incumplir los pactos firmados en 2015.