Pintan bastos en unos mercados financieros agobiados

No ha sido un día fácil en los mercados financieros. Pesan como una losa la situación en Italia, la guerra comercial que apadrina Estados Unidos y el debilitamiento general de la actividad económica mundial.

El dinero de los grandes inversores internacionales abandona con prisa la deuda italiana. Nadie encuentra motivos para invertir en los bonos transalpinos, a pesar de que su papel al plazo de diez años rinde ya más de un 3,5 por ciento.  La prima de riesgo de Italia no se aleja demasiado de los 300 puntos. Hoy los mercados han dejado claro cual es su opinión sobre la situación de Italia y sobre el pulso que mantienen Roma y Bruselas a cuenta del aumento del déficit.  Italia presentará sus Presupuestos el lunes y también España  debe presentar los suyos la próxima semana o la prórroga de los anteriores. El Tesoro italiano ha colocado esta mañana 6.000 millones de euros en letras a un año, pero ha tenido que asumir un severo aumento de su coste de financiación.  El rendimiento de estos títulos se ha disparado hasta el 0,95 por ciento, frente al 0,43 de la anterior colocación. Aunque las comparaciones son odiosas, es obligado recordar que,  a este mismo plazo, las letras españolas ofrecen rentabilidad negativa del menos 0,28 por ciento. El Tesoro español cobra a los ahorradores que colocan su dinero en estos activos.

El problema se encuentra en que los bancos italianos (y también los alemanes y los franceses y, en menor medida, los españoles) están atiborrados de deuda italiana.  En sus carteras hay ingentes cantidades de títulos emitidos por Italia. Unos títulos que se están depreciando de forma rápida y notable.

Hay algunos otros focos de preocupación. Por ejemplo, el gobierno de Alemania prepara una revisión a la baja de sus previsiones de crecimiento económico para este año y para el próximo. Que la economía europea se está enfriando parece ya algo evidente y preocupante, como apuntó también ayer el Fondo Monetario Internacional.

Además, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insiste en aumentar los aranceles a productos chinos por otros 250.000 millones de dólares, lo que no ayuda a mejorar la situación.   Las Bolsas de Wall Street caen con fuerza esta tarde, ante el recrudecimiento de la guerra comercial. Tanto el índice Dow Jones, como el Nasdaq y el S&P 500 pierden más de un 1 por ciento.

Con este panorama, el euro no levanta cabeza mientras el dinero sale de los mercados de acciones y de deuda pública, sobre todo de los mercados italianos, que son los grandes perjudicados por el pulso que mantiene Roma con la Comisión Europea. En la Bolsa  nadie asume más  riesgos de los estrictamente necesarios, que no son muchos. El índice Ibex 35 ha bajado un 1 por ciento, hasta 9.162 puntos.  Han flojeado hoy Inditex y las empresas acereras, peor destaca la caída de un 5 por ciento de AENA, cuyo plan estratégico no ha convencido, por lo que parece, a los inversores. Pero no todo han sido números rojos hoy en el parqué. Ha aguantado el tipo Banco Santander y ha subido Telefónica. Ambos se benefician por la revalorización del real brasileño. Los inversores dan hecho que el candidato de la derecha, Bolsonaro, -que es el más promercado-, se hará con la presidencia del país.

También ha subido hoy Repsol, que cotiza en máximos históricos, por encima de 17 euros por acción. A comienzos de año la petrolera cotizaba a poco más de 13 euros. La nueva temporada de huracanes que amenaza el golfo de México ha hecho subir los precios del petróleo en los últimos días. El crudo de referencia en Europa  no se aleja de los 85 dólares por barril, su precio más alto de los últimos cuatro años.