Más de 2.000 personas piden en Avilés sanciones para Alcoa y su intervención
Más de 2.000 personas, según fuentes policiales, se han concentrado en la plaza de España de Avilés para pedir la intervención del Estado en las fábricas de Alcoa local y de A Coruña
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Más de 2.000 personas, según fuentes policiales, se han concentrado este sábado en la plaza de España de Avilés para pedir la intervención del Estado en las fábricas de Alcoa local y de A Coruña y, tal como ha recalcado la alcaldesa de la ciudad, Mariví Monteserín, también las sanciones que correspondan.
La alcaldesa, ataviada con la camiseta amarilla convertida en icono de la lucha por el mantenimiento de las alumineras, ha pedido seis meses de tiempo a una empresa "que no ha cumplido nada de lo que estaba acordado en las cláusulas de venta y no puede dejar tirada a esta comarca".
Monteserín, que ha tomado la palabra sobre un escenario montado ante el Ayuntamiento, ha sido contundente en su mensaje hacia el Gobierno de España: "si la empresa no da ese tiempo, las fábricas las tiene que coger el Estado, de modo temporal, para desarrollar un proyecto industrial".
Además, la alcaldesa ha arremetido contra la "cerrazón" de Alcoa y ha pedido que se estudien las sanciones e indemnizaciones que correspondan por no haber cumplido ninguna de las cláusulas contenidas en el contrato de compra "cuando los distintos gobiernos de España las han cumplido todas".
Una marea amarilla, de signo tanto asturiano como gallego, partió a primera hora de la mañana de la fábrica de Alcoa, situada en la margen industrial de la ría, hacia la margen urbana hasta concentrarse en la plaza de España, donde se corearon consignas contra el cierre de las plantas y contra un gobierno que consideran que no está haciendo lo suficiente.
La protesta ha tenido lugar con la cuenta atrás en marcha para los primeros despidos, ya que la empresa pone de fecha tope para llegar a un acuerdo para el expediente de extinción de empleo de los 686 trabajadores de ambas plantas, el próximo martes, 15 de enero.
Además de corear frases dirigidas al Gobierno -"Si no hay solución, Maroto dimisión"- también hubo gestos contra la propia dirección de la empresa, con la quema de un muñeco que representaba al presidente de Alcoa en España, Rubén Bartolomé.
El presidente del comité de empresa de Alcoa Avilés, José Manuel Gómez de la Uz, ha indicado que "todo el mundo tenga claro que después del martes hay un miércoles" y que van a seguir en la misma posición de pedir el mantenimiento de la fábrica "entera, no a cachos", además de criticar la "distancia" que tiene el Gobierno en este conflicto.
Su homólogo en A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, ha señalado que la solución ahora mismo pasa por el Gobierno, dado que "Alcoa ha dicho su última palabra" y si esto no llega a buen término confía en la que ministra de Industria, Reyes Maroto, "tenga la dignidad de dimitir automáticamente".
El secretario general de UGT-FICA de Asturias, Jenaro Martínez, ha dicho que "urge que el Gobierno redoble la presión para buscar una solución garantista al futuro del conjunto de trabajadores de Alcoa y el Gobierno no debe descartar ninguna intervención".
Por su parte, el secretario general de CCOO de Industria, Damian Manzano, ha exigido al Gobierno que eche toda la carne en el asador porque "Alcoa se esté riendo absolutamente de todo el mundo y todas las herramientas están encima de la mesa para parar los despidos".
El secretario general de la Federación de Industria de USO, Juanjo Estrada, ha pedido que los políticos de Asturias y de España "se levanten del asiento y hagan una propuesta sólida de soluciones, ya estamos en el descuento final de los penaltis pero que tengan en cuenta que el día 15 acaba un partido y empieza otro".
En la protesta han estado presentes representantes de todo el arco parlamentario, tanto nacional como regional.
La lucha contra el cierre de las alumineras continuará mañana, domingo, con una marcha por las calles de A Coruña y el lunes, 14 de enero, se retomarán las negaciones para el ERE, 24 horas antes de que posiblemente empieza a aplicarse con los primeros despidos.