Mataderos colapsados: “Estamos dando cita para dentro de tres semanas”

La sequía y los altos costes de producción están obligando a los ganaderos a sacrificar a sus animales

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Claudia Cid te cuenta cómo los ganaderos se están viendo obligados a sacrificar a sus animales

Redacción digital

Madrid - Publicado el

2 min lectura

La sequía está dejando a los agricultores sin cosechas y a los ganaderos sin pastos para los animales, lo que está obligando a muchos a sacrificar a su ganado. “He matado ya alrededor unas 130 vacas y la mayoría de ellas están totalmente sanas y en plena producción. Es el 50% de mi ganado”, explica Pedro, ganadero de vaca de leche de Pedroche (Córdoba).

El sector ya estaba asfixiado por la subida de los precios. Los costes se vieron incrementados con el inicio de la guerra de Ucrania, pero ahora el problema se ha visto agravado aún más debido a la sequía y a la falta de lluvia. La producción de forraje ha disminuido a la mitad y su precio se ha multiplicado por cuatro. También ha subido el precio del pienso y de la paja. “Mantener a todo mi ganado me sale por 20 mil euros al mes. El doble que hace un par de campañas”, explica Manolo, un ganadero de Vitigudino (Salamanca) que tiene vacas de carne.

Sin pastos y sin agua con los que alimentar a su ganado, muchos han tomado la “dolorosa” decisión de comenzar a desprenderse de sus animales. Esta situación está saturando los mataderos. En esta época de primavera es habitual que aumente el sacrificio de vacas, porque el 1 de mayo es la fecha límite para recibir las ayudas de la Política Agraria Comunitaria (PAC), que obliga a los ganaderos a permanecer con el mismo censo de ejemplarse, si han parido en los 18 meses anterior, durante los cuatro primeros meses del año para poder cobrar por cada una de las cabezas. “Pero es verdad que el año pasado ya se produjo un incremento del 10% y este año que vuelve a haber sequía probablemente haya otro 10% de incremento respecto al ejercicio anterior”, cuenta Octavio Gonzalo, gerente de “Dehesa Grande”, un matadero que está en Vitigudino (Salamanca). “Si antes estábamos haciendo 100 sacrificios a la semana, ahora estamos en 350”, añade.

“Yo tengo un desgaste físico brutal. Me levanto a las cuatro de la mañana para ir a por agua, pero ya ni lo siento. Lo que más noto es el desgaste psicológico de no saber cual será mi futuro”, explica Pedro. “Si no hay ningún tipo de solución estoy dispuesto a matar más animales y entonces ya me tendré que plantear echar el cierre”, añade. Manolo también cree que si esto sigue así tendrá que “seguir reduciendo el número de vacas y el dinero que saque lo utilizaré para mantener con las que me quede”.

Medidas urgentes

Al haber un exceso de oferta los precios se reducirán durante un par de meses, pero al matar vacas jóvenes y productivas se espera que a partir de agosto los precios vuelvan a subir. Para evitar está situación a los ganaderos les gustaría que lloviese, pero como es algo que no se puede controlar, las soluciones pasarían por entregar ayudas directas.

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