Nómina: Esta es la fecha en la que tu empresa debe pagarte el sueldo

Es uno de los momentos más esperados del mes, el cobro de la nómina. Se trata de un recibo que deja constancia no solo de lo que nos debe ingresar nuestra empresa, nos informa también de otros datos como nuestro salario bruto, deducciones, retenciones fiscales, cotizaciones a la Seguridad Social y por supuesto el salario neto.

Al margen de ser el comprobante que nos informa de todos estos detalles, la nómina es además necesaria para realizar por ejemplo nuestra declaración de la renta, ya que incluye las retenciones del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas). También lo es por ejemplo si queremos  solicitar una hipoteca o cualquier otro crédito.

En cuanto a la fecha de cobro, en España tenemos por costumbre recibir la nómina de forma mensual, por lo general entre los días 30 del mes anterior y el 5 de cada mes. Pero, ¿debe ser así? ¿existe legalmente esa flexibilidad o hay un periodo concreto de pago? Lo cierto es que el Estatuto de los Trabajadores, no lo detalla  ni tampoco de qué manera se tiene que abonar la nómina, según explica el portal cuestioneslaborales.es

En su artículo 29, este Estatuto sí que deja claro que "la liquidación y el pago del salario se hará puntual y documentalmente en la fecha y lugar convenidos o conforme a los usos y costumbres. El periodo de tiempo a que se refiere el abono de las retribuciones periódicas y regulares no podrá exceder de un mes". 

Declaración de la Renta: Este es el tiempo que debes guardarla para evitar esta multa de Hacienda

Por tanto de este articulo podemos deducir, según explica este portal, que el pago "debe realizarse según lo acordado en el convenio colectivo, o en su defecto entre el empresario y el trabajador o la costumbre del lugar".

También que nuestro sueldo debe ingresarse de forma periódica, sin que se retrase más de un mes. Por tanto, se puede pactar su abono como más rabia nos de, ya sea "de forma diaria, semanal o mensual, pero nunca por ejemplo cada dos meses".

De la misma manera, debe pagarse de forma regular, por lo que "una vez pactado o establecido de manera tácita la forma de pago, debe de realizarse siempre igual".

Debes tener también en cuenta que debe de entregarse junto con la nómina "en la que se refleja el salario bruto y neto, así como los diferentes conceptos".

¿Y SI NO ME HAN PAGADO?

"Podremos reclamarlo a nuestra empresa "desde el mismo momento" en que se fijó la fecha. 

Es decir, si siempre nos pagan la nómina a día 28 del mes anterior, el 29 ya podríamos exigir su abono. 

¿ME PAGA MI JEFE LO QUE ME CORRESPONDE?

Seguro que si nos plantean esta pregunta la respuesta de la gran mayoría será negativa. Pero hay tres datos que se deben reflejar en tu nómina y que te pueden dar una pista de si cobras lo correcto.

La antigüedad es uno de ellos. Suele aparecer en la parte superior y debe corresponderse con la fecha en la que entraste en la empresa.

Es un dato relevante porque a más antigüedad tengas en la empresa, tendrás derecho a más indemnización en caso de despido.  Además algunos convenios  incluyen un plus de antigüedad, por lo que cuanto más tiempo pases en la empresa, más cobrarás.

La categoría profesional, es el segundo concepto a tener en cuenta. Hace referencia a tus funciones como trabajador, por lo que debes fijarte bien si tu empresa te está pagando por una categoría inferior a la que te corresponde.  

Es más, si tu categoría no coincide con tu trabajo, no solo debes reclamar el pago correcto a partir de ese momento, también puedes pedir la diferencia que ha habido en el último año en el que has estado cobrando por una categoría más baja. 

Salario bruto vs salario neto. Como es lógico el primero siempre será mayor que el segundo. 

El salario bruto es la suma de todos los importes que se pagan al trabajador antes de aplicar las retenciones y cotizaciones obligatorias, y aparece en la parte denominada “Devengos”, desglosada en diferentes conceptos como salario base, mejoras o complementos. 

Por su parte, el salario líquido o neto es la cantidad exacta de dinero que recibe el trabajador por sus servicios, tras descontar las cotizaciones a la Seguridad Social y los impuestos, es decir, lo que te ingresan en la cuenta del banco.