¿Por qué se desploma DÍA en bolsa?

El 15 de octubre, la cadena de supermercados DÍA vivió su particular lunes negro en el índice bursátil Íbex 35: un desplome del 42,2% después de anunciar un recorte en sus previsiones para 2018 (350-400 millones, frente a los 568 de 2017), lo que se conoce el el sector como un profit warning. Por si esto fuera poco, la empresa ha suspendido su dividendo para el próximo año y su presidenta, Ana María Llopis, ha dimitido.

Los títulos de DÍA se compran a 0,69 euros la unidad según el cierre de este miércoles, un 80% de caída en lo que llevamos de año, más de un 60% desde aquel lunes negro. Su estructura organizativa está viviendo cambios que no tranquilizan ni a inversores ni a empleados. Hace unas semanas se suspendió de empleo y sueldo a su director financiero, Amando Sánchez.

En las últimas horas también se han confirmado las salidas del director de nuevos negocios en España, Diego Cavestany, el responsable ejecutivo de compras, Juan Cubillo, y el director de La Plaza de Día en nuestro país, Miguel Bello.

En sustitución de Llopis ha llegado el multimillonario ruso Mikhail Fridman, con un 29% del accionariado. Él es el responsable de esta reorganización del organigrama. De momento, ha colocado a Stephan DuCharme como presidente en funciones, un hombre de su plena confianza.

No puede a sus competidores

Las tiendas de la compañía pierden cuota de mercado con respecto a sus competidores principales, como Mercadona o Carrefour. La cadena es la tercera preferida por los españoles, con algo más del 7% del pastel, por detrás de la compañía francesa pero muy lejos de la presidida por Juan Roig (25%).

Para ampliar su cuota de mercado, DÍA abrió sus supermercados La Plaza (antiguo El Árbol), concentradas en productos frescos. La iniciativa se ha asentado, pero la compañía madrileña no recorta a sus competidores. La última idea fue la de abrir tiendas de horario extendido. Así nació DÍA & Go, para competir con Carrefour Express o Mi Alcampo. Además, la compañía acometió a principios de 2018 una reforma en más de 1.000 tiendas en nuestro país.

A pesar de todo ello, parece que la empresa no levanta cabeza. Las remodelaciones ya pasaron factura en los tres primeros meses del año, con un descenso notable de beneficios netos: el 74,4%. Ahora, este agujero en sus cuentas agrava su crisis.