ELECCIONES VOX (Serie Previa)

Los bastiones de Vox en Madrid

"En mi clase todo el mundo es de Vox", dice Marta, de 19 años y vecina de Griñón, una de las nueve localidades madrileñas donde la formación de Santiago Abascal quedó en primer lugar en las pasadas elecciones

Los bastiones de Vox en Madrid

Agencia EFE

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Sol Carreras

"En mi clase todo el mundo es de Vox", dice Marta, de 19 años y vecina de Griñón, una de las nueve localidades madrileñas donde la formación de Santiago Abascal quedó en primer lugar en las pasadas elecciones generales.

Con poco más de 10.000 habitantes, en el pueblo de Griñón (próximo a la frontera con Toledo) Vox consiguió un 25,63 % de apoyos por parte del electorado con 1.548 votos, seguido muy de cerca por Ciudadanos (1.428), PP (1.160) y PSOE (1.048).

A Marta no le sorprendieron estos resultados porque más allá de la gente de su clase (muchos de ellos jóvenes residentes en Griñón que votaban por primera vez) había escuchado comentarios entre personas del pueblo que defienden las tesis de Vox "sobre todo por el feminismo".

"Apoyan también la igualdad para los hombres", cuenta.

Un vecino de 87 años que lleva viviendo en Griñón la mitad de su vida confiesa sin tapujos que votó a Vox en las elecciones generales.

"Son muy pusilánimes los que están gobernando para las cosas serias de la defensa de España. Hay que probar con gente que parece que está dispuesta a poner más energía en ese tema", explica el anciano.

Prefiere no desvelar el sentido de su voto en las elecciones municipales del próximo 26 de mayo, en las que no le extrañaría que Vox ganara en Griñón al ser "un pueblo más bien de derechas".

El alcalde, José María Porras, de un partido independiente, corrobora el perfil conservador de los habitantes de Griñón, donde además hay muchos aficionados al toro y a la caza, que son dos de los asuntos relanzados por Vox en sus programas y discursos.

En su opinión, la clave del éxito de Vox reside en que "lanzó unos mensajes muy claros" relacionados con la inmigración o la violencia de género que "calan en una parte de la población", pero no cree que obtenga el mismo respaldo en las municipales.

"Es diferente, se vota más a la persona que a los partidos", sostiene.

En su partido Ciudadanos Independientes de Griñón asegura que hay de todo, "gente que es muy cercana a Podemos y a Vox", pero esto no le supone ningún inconveniente para gestionar el día a día en el pueblo.

"Lo que tienes que hacer es arreglar una calle que está mal o recoger la basura, no estás para hacer política con una ideología muy marcada", señala.

A diez kilómetros de allí, en Torrejón de Velasco, Vox fue también el partido más votado en las generales, una situación que se repitió en otras siete pequeñas localidades de diversos puntos de la Comunidad de Madrid: Garganta de los Montes, Navacerrada, Navas del Rey, Ribatejada, Robledo de Chavela, Serranillos del Valle y Villamantilla.

"Vox ha venido para quedarse", certifica el alcalde de Torrejón de Velasco, Esteban Bravo, del PP, que atribuye el éxito del partido de Santiago Abascal en el pueblo al "desencanto" que hay entre los votantes de derechas.

Con todo no cree que se haga con el Ayuntamiento la candidata de Vox, Nuria Latorre, que llegó a integrar una lista del PP con el actual alcalde.

"Aquí no se hace política nacional, no podemos vender política nacional. Vox no puede decir a los vecinos que les va a dar un arma para que se defiendan (...) aquí hay problemas reales, tangibles, que están en la calle en el día a día", sostiene.

Los resultados en las elecciones generales en Torrejón de Velasco, de alrededor de 4.300 habitantes, fueron muy ajustados, ya que entre Vox y la segunda fuerza, que fue el PSOE, sólo hubo 50 votos de diferencia (562 frente a 512). Por detrás quedaron el PP (507 votos) y Ciudadanos (434).

"No me ha sorprendido que ganara Vox, es un pueblo bastante de derechas y por comentarios que había oído entre amigos y familiares sabía que mucha gente se iba a declinar por ellos", dice Sonia, de 38 años, que lleva trece viviendo en el pueblo.

Tampoco está sorprendida Ana Belén, que apunta entre los motivos la "inseguridad" porque tiene un negocio en el polígono en el que le han robado "tres veces en seis meses".

En cambio, Andrés Iniesta (que es del mismo pueblo que el futbolista pero lleva doce años viviendo en Torrejón de Velasco) no termina de comprender el resultado de las generales.

"Las cosas son así, la gente cambia", indica resignado mientras toma algo en la terraza de un bar.

Faustino, el camarero, anda algo cansado porque últimamente se habla "demasiado" de política en el pueblo, pero no se atreve a aventurar qué pasará en las elecciones municipales, aunque tiene claro que dará igual si gana el PP o Vox porque para él son "los mismos".

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