Un año de Gobierno de coalición: coronavirus, Presupuestos, Ley Celaá, CGPJ, Delcygate...

2020 ha sido el primer año en el que el PSOE y Unidas Podemos han estado al frente del Gobierno en España. Desde el pasado 13 de enero, la coalición sellada con el abrazo que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se dieron el 12 de noviembre de 2019 pasó a ser gubernamental. Con lo que eso implica a nivel de responsabilidades y de sobresaltos. Bien lo reflejan estos momentos que pueden resumir lo que ha sido un curso frenético, de principio a fin, en La Moncloa.

El Delcygate

Entre finales de enero y principios de febrero, el encuentro en el Aeropuerto de Barajas entre el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, acaparó muchos titulares: la mandataria tiene prohibida la entrada en los territorios que están dentro del espacio Schengen.

En un primer momento, Ábalos negó haberse reunido con Rodríguez. Más tarde, lo reconoció, aunque tildó la cita de mero saludo (eso sí, de “20 o 25 minutos” de duración), con intento incluido de que la vicepresidenta venezolana no bajase de su avión. Sin embargo, después se supo que ambos mandatarios también conversaron durante 20 minutos en una de las salas VIP de Barajas.

Al descubrirse todo, el número tres del PSOE fue más que cuestionado, e incluso se llegó a exigir su salida del Ejecutivo. Aun así, mantuvo su cargo como ministro y el Tribunal Supremó archivó la causa sobre el Delcygate que llegó allí por varias denuncias.

El acercamiento al nacionalismo

Cataluña y País Vasco han marcado y mucho el año en lo que respecta al Gobierno. Las formaciones de ambas Comunidades han sido claves para que Sánchez y su equipo sacasen adelante sus principales iniciativas.

Las concesiones y polémicas han estado a la orden del día: la mesa de diálogo interrumpida por la pandemia, el acuerdo para derogar la reforma laboral de Rajoy, la eliminación del castellano como lengua vehicular en la enseñanza, el acercamiento de los presos de ETA, la reforma fiscal que perjudicaría a Madrid... ERC, PNV y EH Bildu han marcado una parte importante (demasiado importante para algunos) de la agenda política.

El coronavirus

Desde marzo hasta la actualidad, la pandemia ha marcado a la Administración de forma atroz. De hecho, buena parte de las críticas hacia el Gobierno vienen motivadas por la gestión de la covid-19. Esta colocó en el primer plano mediático tanto al ministro de Sanidad, Salvador Illa, como al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.

La mayor parte de titulares relativos a Moncloa han llegado, este año, a raíz del coronavirus: los estados de alarma, el polémico 8-M, los problemas con los datos, los cambios de criterio con diversos asuntos, el pulso con Madrid... El virus ha sido el tema del día prácticamente de principio a fin también a nivel político.

El cisma de Interior

El Ministerio del Interior fue el epicentro de uno de los momentos más controvertidos del país durante el primer estado de alarma motivado por la pandemia. Todo vino por el cese del coronel Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid: se negó a filtrar la investigación del 8-M.

En su momento, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y su equipo dieron varias versiones sobre lo ocurrido: “Un proceso normal de sustitución de los equipos”, “Pérdida de confianza”, la consideración de que Pérez de los Cobos mintió “en el transcurso de la fase de investigación”, la búsqueda de “personas neutrales” para la organización...

La renuncia del número dos de la Guardia Civil, Laurentino Ceña, y el cese del número tres, Fernando Santafé, avivaron más la polémica. También la aprobación del último tramo presupuestario para la equiparación salarial de Policía y Guardia Civil, que fue vista como un intento de acallar las protestas.

Antes del cese de Pérez de los Cobos, Interior también tuvo que 'apagar' el fuego provocado por el Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago: este, en una de las ruedas de prensa oficiales para valorar la pandemia, llegó a declarar que había que “evitar el estrés social” producido por los bulos sobre el coronavirus y “minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno”.

Entre una controversia y otra, Marlaska quedó muy señalado. En abril y mayo, fue uno de los ministros que más atención generó debido a esos momentos críticos para Interior.

Corrupción en Podemos

Hay dos escándalos que han puesto la actividad cuestionable del partido morado en el primer plano este 2020. Por un lado, la pieza del caso Villarejo relacionada con el robo del móvil de Dina Bousselham, exasesora de Podemos: ha llevado a que se pida investigar a Pablo Iglesias, hoy vicepresidente segundo del Gobierno, por delitos de denuncia falsa, descubrimiento y revelación de secretos con agravante de género y daños informáticos.

Por otro, el caso Neurona, que estudia el vínculo entre esta sociedad de consultoría política con sede en México y Podemos. Juan Carlos Monedero, Juanma del Olmo (responsable de la campaña electoral de Podemos), Rocío Val (gerente del partido) y Daniel De Frutos (tesorero) están implicados en esta polémica con las cuentas del partido, que podrían haber incurrido en fraude electoral y falsedad en documento mercantil.

La tensión entre Iglesias y Calviño

Ambos vicepresidentes han tenido diferentes enfrentamientos a lo largo del año: los pactos con Bildu, el SMI, la paralización de los desahucios, el control de los fondos europeos, los mensajes entre líneas de uno y otro desde los medios...

“Es que ni entro a juzgar algunos comportamientos que a lo mejor son más de afán de protagonismo o cuestiones personales. En este momento en el que nuestro país nos está pidiendo a todos que demos lo mejor de nosotros mismos, yo creo que no hay que dedicar energía e este tipo de cuestiones”, ha llegado a reconocer la ministra de Economía de forma reciente al hilo de esta tirantez con Iglesias.

La monarquía, más puesta en tela de juicio que nunca desde el Gobierno

La salida del Rey emérito de España en agosto debido a los distintos escándalos que le han salpicado (en marzo, se le había retirado su asignación; además, Felipe VI renunció a la herencia de su padre) es el momento que más marca esta época de cierto distanciamiento con la Corona desde Moncloa.

Al menos, es lo que dejan entrever una retahíla de hechos que no para de crecer: la ausencia de Felipe VI en Barcelona para la tradicional entrega de despachos a los nuevos jueces, las presiones sobre el contenido de su último discurso navideño, los guiños de Pablo Iglesias a favor de la República, una Pascua Militar eclipsada por la investidura de Sánchez, la formación del Gobierno por teléfono y no en persona, el menor protagonismo del Rey con respecto al presidente en el homenaje de Estado por la pandemia...

Nuevos Presupuestos Generales del Estado

Tras una prolongación sine die de las últimas cuentas públicas de la era Montoro desde 2018, el Gobierno ha logrado sacar adelante un proyecto de Presupuestos por primera vez desde que Sánchez es presidente. Hay dos aspectos del mismo que llaman la atención sobremanera: sus apoyos (el nacionalismo vuelve a sobresalir) y, entre sus directrices, una política fiscal al alza y no, como en buena parte de Europa por la pandemia, a la baja.

La Ley Celaá

Se trata de una de las iniciativas más polémicas que ha logrado sacar adelante el Ejecutivo. En este caso, en materia educativa. En su texto, destacan la eliminación del español como lengua vehicular y de la “demanda social” de los centros concertados. También ha generado mucha controversia la posibilidad de promocionar a los estudiantes con uno o dos suspensos y el hecho de que repetir curso se convierta en algo excepcional.

La renovación del CGPJ

PSOE y PP todavía no han logrado ponerse de acuerdo sobre el órgano de Gobierno de los jueces, que necesita ser renovado tras dos años sin noticias al respecto. La reforma del CGPJ con la que los socialistas y Podemos quieren limitar sus competencias echa para atrás a la oposición. También la amenaza, desde el partido de Pablo Iglesias, de activar la ley que permita una renovación por mayoría absoluta y no por tres quintos.

La moción de censura de Vox

En octubre, el partido de Santiago Abascal intentó obtener la confianza parlamentaria necesaria para derrocar al Gobierno del PSOE y Podemos. Sin embargo, su proyecto para sacar a Sánchez de La Moncloa se convirtió en la moción de censura menos apoyada de la historia de la democracia española: 52 votos.

Es decir, en Vox se quedaron solos. Ningún partido con representación en el Congreso de los Diputados se sumó a la iniciativa, con un discurso especialmente duro del líder de la oposición, Pablo Casado, como momento culmen de los plenos de rigor.

La crisis migratoria en Canarias

Ha sido uno de los problemas más acuciantes en la recta final del 2020, con unas cifras de migrantes que no se veían en las Islas desde la crisis de los cayucos (2006). La pandemia ha ayudado a propiciar un dilema que ha dejado escenas lamentables en el muelle de Arguineguín e incluso un amago de conflicto con Marruecos. A día de hoy, la solución no llega.