Crean la primera mascarilla de material reciclado
Tirar las mascarillas en el W.C. o en el suelo, y no hacerlo en los lugares recomendados, es un grave problema, ya que supone el mismo daño que arrojar toallitas y plásticos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La empresa Bioinicia y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha creado la primera mascarilla de nanofibras compostable del mundo, la cual posee una filtración superior al 98 % frente a aerosoles.
Se trata de "la opción más sostenible para evitar la acumulación de mascarillas en el medio ambiente", señala una nota de las promotoras, que añade que lo más respetuoso "es producirlas utilizando materias primas derivadas de biomasa y/o de residuos y su posterior reciclado orgánico en forma de compostaje industrial, de forma que el carbono retorne a la tierra".
"La mascarilla ha supuesto un nuevo riesgo para nuestro planeta. Un simple gesto como es quitarse la mascarilla y deshacerse de ella puede llegar a suponer un gran perjuicio en el medio ambiente. Tirar las mascarillas en el W.C. o en el suelo, y no hacerlo en los lugares recomendados, es un grave problema, ya que supone el mismo daño que arrojar toallitas y plásticos. Por eso, Bioinicia ha desarrollado la Mascarilla Higiénica Bio con ajuste EPI", señala.
Esta mascarilla es compostable, fabricada con materias primas naturales, que ayudan a cuidar del medio ambiente.
Sus componentes llegarán a transformarse en agua y CO2 con el tiempo, evitando que millones de toneladas de plásticos lleguen a los océanos. Además, toda la gama de mascarillas PROVEIL® EPI llevan un 30 % menos de plásticos en su composición, que desde el inicio fue un compromiso de la empresa con el medio ambiente.
"Se considera que el año 2020 terminó con cerca de 1.500 millones de mascarillas en el mar generando una nueva tipología de basura en el océano. Un problema adicional a la acumulación de mascarillas en el medio ambiente y en vertederos es que ese producto se basa en una economía lineal, de usar y tirar, no circular. Además, la producción del plástico añade dióxido de carbono a la atmósfera, siendo por tanto un promotor del efecto invernadero”, explica el científico.