Diferencias entre Justicia e Igualdad bloquean la reforma del 'solo sí es sí': así presiona Podemos al PSOE
Según ha podido saber COPE, en el PSOE están a la espera de nuevas órdenes de Pedro Sánchez y siguiendo la consigna oficial de extremar la prudencia en pos del entendimiento
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El plan inicialmente diseñado por La Moncloa se ha torcido. Sobre el papel, todo encajaba. En la realidad, nadie tira la toalla. Pero Podemos continua sin dar su brazo a torcer para cerrar una reforma de la ley. En el PSOE, contemplan a los morados "pasados de frenada" dispuestos a erosionar al Gobierno con tal de reivindicar su propio espacio. Aun así, a la espera de órdenes de Pedro Sánchez, la consigna oficial viene siendo, extremar la prudencia en pos del entendimiento.
La presión ha cambiado de bando. En estas últimas horas, los socialistas han visto agotarse sin avances su plazo dado esta semana para el acuerdo o actuarían en solitario. Además, quedaban descolocados ante el desafío lanzado por Irene Montero e Ione Belarra, que protagonizan este domingo un acto en defensa de su proyecto estrella bajo el lema '¿Consentiste o no? Solo sí es sí'.
En el PSOE existe la confianza de que las negociaciones fructifiquen y pueda registrarse la iniciativa legal lo antes posible. Pese a ello, no descartan presentar una proposición de ley en el Congreso unilateralmente si las conversaciones con Unidas Podemos no llegan a buen puerto, como ha advertido este jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
El punto de discordia
Las diferencias son entre Justicia e Igualdad. La propuesta del ministerio socialista no vuelve a separar los delitos de abuso y agresión, ni tampoco elimina el concepto de consentimiento del texto, pero sí establece escalones en el delito de agresión sexual en función de si el agresor utiliza la violencia, intimidación o anulación de la voluntad de la víctima para perpetrar los hechos. Una agresión sexual se castigaría con penas más graves si se lleva a cabo con violencia o intimidación siendo agravantes a integrarse en un nuevo tipo penal.
La introducción de la violencia y la intimidación es, precisamente, el mayor escollo entre los socios de Gobierno, ya que para el Ministerio de Igualdad significa diluir en la práctica la centralidad del consentimiento y "volver al modelo anterior", puesto que la víctima debería pasar de nuevo por el "calvario probatorio" de demostrar que las relaciones no eran consentidas.
Igualdad descarta esta idea y asegura que desde diciembre ha enviado hasta cinco propuestas al PSOE para reformar la ley, en las que se abren a "algún retoque" en las penas mínimas. El ministerio defiende, sin embargo, que esta modificación no servirá para frenar la rebaja de condenas, algo en lo que coinciden los expertos, que apuntan que la eventual nueva reforma solo se aplicaría a quienes delincan después de su entrada en vigor, mientras que los ya condenados podrían seguir pidiendo revisiones sobre la base de la ley del solo sí es sí si es más beneficiosa.