Juan Manuel Moreno o las carambolas del destino
El líder del PP en Andalucía ha sido investido como presidente de la Junta, un resultado que parecía improbable hace un mes para los populares
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Contra todo pronóstico, Juan Manuel Moreno se ha convertido hoy en el séptimo presidente de la Junta de Andalucía, el primero del Partido Popular en casi cuatro décadas. Consigue así con 26 escaños, lo que Arenas no pudo obtener con 50, echar del poder al todopoderoso Partido Socialista. Hasta la portavoz de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, le ha espetado esta mañana desde el escaño: "no se lo cree, ni usted". Pero él, sí que se lo creía.
Hace un mes, nadie hubiera apostado por las posibilidades de éxito del nuevo jefe del ejecutivo andaluz, y eso que, durante la campaña, los populares insistían siempre en que sus trackings internos les situaban a dos escaños de sumar una mayoría alternativa a la del PSOE. Pero en Génova no las tenían todas consigo. De hecho, el número 1 por la provincia de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, fue llamado a la sede central del partido en Madrid la misma jornada electoral para, según algunos, ir perfilando la gestora que sustituiría a la actual dirección regional. Sin embargo, nada más cerrarse las urnas, en el PP se dieron cuenta de que el milagro era posible. Y lo fue, haciendo buena la máxima que apuntaba un dirigente del partido: “a veces, perdiendo, se gana”.
Lo fue además con un candidato que no era “casadista”, sino acérrimo defensor de su contricante en las primarias, Soraya Sáenz de Santamaría, que siempre apoyó su liderazgo en la región. De hecho, tanto Mariano Rajoy, como la ex-vicepresidenta, han confirmado su presencia el viernes en Sevilla para asistir a la toma de posesión de Moreno. Cuando Pablo Casado se hizo con las riendas del partido en julio, no le quedó otra alternativa que mantenerlo como candidato, ante la inminencia de los comicios andaluces, aunque sí que es cierto que el líder del partido, se volcó en las elecciones, realizando actos doce de los quince días de campaña.
La dirección del PP y los negociadores regionales han demostrado además habilidad en las negociaciones entre Ciudadanos y Vox, aunque la legislatura promete ser un circo de tres pistas para el nuevo líder andaluz. Pero, como decía el ex- primer ministro italiano, Giulio Andreotti, “no desgasta el poder; lo que desgasta es no tenerlo”.
Su triunfo en Andalucía, ha tenido además otras dos consecuencias a nivel interno para Moreno: una, que posiblemente reforzará su posición de liderazgo en el partido en Andalucía, partido que, hasta ahora ha estado muy dividido, pero es sabido que el poder actúa, en estas ocasiones, de argamasa. En la misma sesión de investidura ha llegado a decir en voz alta que en el PPA manda él. Ya veremos. La segunda consecuencia es que el nuevo presidente de la Junta pasa a ser, junto a Núñez Feijóo, uno de los barones con más peso dentro del organigrama del PP. Y los dos son del ala más moderada y centrista de la formación.
El nuevo presidente de la Junta será uno de los invitados estrella de la Convención que el partido celebra este fin de semana en Madrid y, aunque, en principio no estaba previsto que interviniera durante este cónclave porque solo lo iban a hacer los barones que van a ser candidatos a las autonómicas, la organización le va a hacer, cómo no, un hueco en el programa para celebrar la conquista del, hasta hoy eterno, feudo socialista.