El PP, a por el cuarenta por ciento de indecisos

Los sondeos publicados les sitúan muy lejos de poder llegar a la Moncloa, a pesar de que, irónicamente, las casas de apuestas sí que consideran que Pablo Casado va a ser el próximo presidente del Gobierno. Esas malas encuestas pesan, eso sí, y el desánimo cunde en algunos sectores del partido, a pesar de que en la calle Génova se muestran convencidos de que van a gobernar. Y es que, en el fondo el partido se juega en un mes, todo su poder territorial y nacional, y lo que menos conviene es caer en un mensaje pesimista.

La estrategia de los populares pasa por dos vías: una, ir a por el cuarenta por ciento de votantes que se declaran indecisos; dos, recuperar al votante de Vox.

En la calle Génova aseguran que sus encuestas internas son bastante mejores que las publicadas, aunque nadie se atreve a confirmar si podrían sumar con Ciudadanos y la formación de Abascal, de hecho, los más optimistas les sitúan ahora en el entorno de los cien escaños. Su estrategia pasará por reiterar esa llamada al voto útil que ya están realizando en campaña, con un argumento que ha añadido en las últimas horas Pablo Casado: “un votante de Vox, no tiene ninguna razón para no confiar en el PP, y verá reflejadas sus demandas si lo hace”.

En Génova se muestran convencidos de que, a pesar de esas demostración de fuerza que intenta hacer Abascal, Vox ha tocado techo, y va a ser el PP, quien crezca durante la campaña.

El rechazo de Sánchez a su cara a cara con Casado ha dado alas a los populares, que ven “vergonzosa” la espantada del líder socialista a quien acusan de cobardía. Fuentes del partido son conscientes, además, de que lo que busca el presidente del Gobierno en ese debate a cinco que sí ha aceptado, es quedar como la víctima de los ataques de todos, como el líder moderado frente al bloque de PP, Cs y Vox, pero ahí tendrá que responder a incómodas preguntas, piensan, sobre los indultos, o el deterioro de la situación económica, lo que podría ponerle en un brete, y eso es importante en la última semana de campaña, donde muchos españoles decidirán su voto.

Los populares abrirán y cerrarán en Madrid, una de sus tradicionales plazas fuertes amenazadas ahora por Vox. Casado visitará todas las Comunidades Autónomas, aunque mantendrá un perfil bajo en Jueves y Viernes Santo, donde acudirá a procesiones en Málaga, Sevilla, Granada y Lorca, sin la caravana electoral, eso sí, para respetar el carácter religioso de las ceremonias.

Nada está escrito, pues, recuerdan, y ponen como ejemplo lo que sucedió en Andalucía, y es que, como decía Lance Armstrong, “el dolor es pasajero, la victoria dura para siempre”.