El reencuentro de Puigdemont y Junqueras reabre el debate sobre los intereses del independentismo en Cataluña
Este miércoles se han reencontrado los dos líderes independentistas, cuatro años después de la marcha de Puigdemont a Waterloo y dejar a sus consejeros ante la Justicia por el 1-O
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Han pasado cuatro años desde que Puigdemont y Junqueras se vieran por última vez las caras. Fue tras la huida del expresidente catalán de España para evitar las represalias jurídicas por el referéndum ilegal del 1-O, cuando Oriol Junqueras y ocho consejeros más tuvieron que sentarse en el banquillo, donde fueron acusados de malversación y sedición por la consulta catalana del año 2017.
Este miércoles, tras cuatro años, han vuelto a reencontrarse. Ha sido en la ciudad de residencia de Carles Puigdemont, Waterloo, donde además de Junqueras también se han trasladado la expresidenta del Parlament, Carmen Forcadell, y los exconsejeros.
Oriol Junqueras no ha viajado solo hasta Waterloo. Le han acompañado la expresidenta del Parlamento catalán, Carmen Forcadell, así como los exconsejeros Raül Romeva, Dolors Bassa y Meritxell Serret. Como si el expresidente no hubiera dejado atrás a su equipo de Gobierno frente al peligro ni hubiera dejado que la responsabilidad judicial cayera sobre ellos, los responsables del referéndum han escenificado una fotografía familiar, a la que además se han unido el eurodiputado Toni Comin y el rapero huido Valtonyc.
Una fotografía que dista mucho de la escenografía general que hemos venido viendo durante años, especialmente por las diferencias políticas que han existido entre ERC y JxCat. No obstante, lejos de estas diferencias, Junqueras ha salido de la reunión con su antiguo expresidente asegurando que el reencuentro entre ambos dirigentes ha sido "agradable" y "familiar". Junqueras ha añadido, además, que han hablado de la "situación personal y de las familias", pero ha resaltado el compromiso compartido "de luchar contra la represión".
De hecho, la consigna en la que se han escudado desde que fueron indultados y abandonaron los centros penitenciarios fue la de la amnistía, el referéndum y la independencia. Llegados a este punto, la cuestión que se queda ahora mismo en el aire es hasta qué punto podría estar interesado ERC en que Carles Puigdemont recibiera la ansiada amnistía que tanto se ha exigido desde el bando independentista.
¿Interesa a ERC que Puigdemont obtenga la amnistía?
El Gobierno de coalición ya dio el paso al conceder los indultos que tanto habían exigido los partidos independentistas catalanes. Ahora han ido más allá y ya hablan de la amnistía, que permitiría a todas aquellas personas involucradas en el referéndum ilegal quedar libres de todos sus cargos. Entre ellos estaría incluido el expresidente catalán, Carles Puigdemont, además de los 3.000 "represaliados", según los partidos independentistas, que aún tienen algún tipo de causa abierta con la justicia.
A la salida de los nueve presos catalanes de los centros penitenciarios tras cumplir su condena, clamaron además por la vuelta de los "exiliados" en el extranjero. No obstante, no sabemos hasta qué punto podría interesarle a ERC una vuelta inmediata de Carles Puigdemont, independientemente de que haya una amnistía para todos los implicados en el referéndum del 1-O.
En este punto surge la lucha de intereses que existe entre ERC, liderado por Oriol Junqueras, y JxCat, que todavía dirige Carles Puigdemont desde Waterloo. Para ambos, el único objetivo es hacerse con el terreno independentista.
Por un lado, desde ERC llevan semanas vendiendo la idea común de la libertad de los presos fugados pero por el otro estamos hablando de una clara ventaja para Oriol Junqueras, ya que hasta ahora tiene el terreno abierto. Con Puigdemont en Waterloo, el líder de ERC tiene mayor libertad para tomar decisiones en el ámbito secesionista. En otras palabras, cuanto más lejos este Puigdemont, más ventaja tiene Junqueras para influir en las decisiones que se tomen en el Govern. Mientras tanto, y mientras no exista la ansiada amnistía que están exigiendo ahora los independentistas, Puigdemont deberá conformarse con sus escuderos: Laura Borràs, Jordi Puigneró e incluso el indultado Jordi Sànchez.
En otras palabras, el encuentro entre Puigdemont y Junqueras en Waterloo podría traducirse como una escenificación que sirva para vender al mundo la idea de unidad entre los dos rostros más visibles de la causa sin contar la verdad que hay detrás: los intereses de Junqueras de hacerse con el espacio que ha dejado Puigdemont tras su huida a Bélgica y que podrían permitirle recuperar espacio ahora que ha abandonado la prisión.