Sáenz de Santamaría: "Hubo violencia y acoso antes y durante el 1-O"

La exvicepresidenta asegura que no creyeron que la declaración unilaterla de independencia fuese simbólica: "Por eso aplicamos el 155", ha dicho

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría ha afirmado hoy que el 20-S hubo "actuaciones violentas" frente a la Conselleria de Economía de la Generalitat y en los días previos al 1-O y ese mismo día se dieron imágenes "de naturaleza violenta" y un "acoso masivo, generalizado y sistemático". Sáenz de Santamaría ha comparecido como testigo en el juicio del "procés", donde ha planteado que los líderes independentistas, en lo que ha calificado de "estrategia concertada", decidieron seguir adelante con el 1-O a sabiendas de que "la violencia del 20-S" se podía repetir. Unas situaciones que en parte se evitaron gracias a la "profesionalidad" de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ha manifestado.

A su juicio, cada actuación judicial previa al referéndum iba acompañada de aglomeraciones de personas en las que se apreciaban imágenes "de naturaleza violenta", al tiempo que los alcaldes y cargos públicos contrarios al independentismo "recibían amenazas y coacciones" y los policías y guardias civiles eran acosados. "Yo sé lo que es vivir un escrache, y lo que ocurrió en Cataluña no fue un escrache, fue un acoso violento", ha aseverado.

Y ha recalcado que el 20-S, durante los registros en la Conselleria de Economía, hubo "actuaciones violentas", lo que hizo que en los dos días posteriores se enviaran 6.000 policías y guardias civiles para garantizar el orden público. Preguntada por los hechos concretos en los que se manifestó esa violencia, ha respondido que se impidió salir a la comisión judicial encargada del registro y entrar a los detenidos que iban a ser desplazados para llevarlo a cabo en su presencia. Y Jordi Pina le ha preguntado cómo es posible que se decidiera enviar refuerzos policiales tras el 20-S cuando la solicitud de atraque el barco Piolín (donde se alojó parte del dispositivo) se cursó el 19.

La exvicepresidenta ha respondido que era necesario "anticiparse" a lo que pudiera pasar, sobre todo tras el relevo de Jordi Jané por Joaquim Forn el frente de la Conselleria de Interior. Cuando se le ha preguntado cómo fue informada de los incidentes, ha indicado que lo veía en televisión "como toda España", si bien también dieron cuenta de ellos el ministro del Interior y el delegado del Gobierno. Y también a preguntas de los abogados defensores, ha indicado que la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el 1-O fue en cumplimiento de las órdenes judiciales y ha defendido su actuación.

De hecho, ha declarado que gracias a su "profesionalidad" se evitaron "situaciones que pudieron ser mucho más graves por la irresponsabilidad de la Generalitat", a la que ha culpado de mantener el referéndum pese a tener informes de inteligencia que apuntaban a que se podían repetir situaciones violentas.  Preguntada por las imágenes de agentes golpeando a personas el 1-O, ha admitido que "no son agradables a la vista", pero ha culpado de nuevo a los convocantes: "Si no se hubiese convocado a la gente para actuar como murallas e impedir a quienes estaban mandatados judicialmente para impedir el referéndum, a lo mejor alguna de las imágenes no se hubiese producido". "Lo que vi fueron murallas humanas y agresiones y lanzamientos de objetos que todos pudimos ver por televisión. Vi que estaban impidiendo que se cumpliera con una decisión judicial", ha declarado.  Y ha añadido que también fue informada ese día de que hubo entre 93 y 95 policías atendidos. 

Por contra, ha asegurado no tener datos sobre el número de personas que resultaron lesionadas el 1-O (1.200, según el letrado Jordi Pina), sino que fue informada de que había dos o cuatro ingresados.

NI HABLAR DEL REFERÉNDUM

Santamaría ha afirmado también que se reunió tres veces con el entonces vicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, pero siempre le dijo que no iba a hablar sobre la convocatoria de un referéndum ni él le propuso abordarlo desde los cauces constitucionales. "Yo no traté el asunto del 1-O con ningún miembro de la Generalitat", ha comenzado diciendo la actual consejera de Estado porque siempre consideró que no era "asunto del Gobierno sino de la soberanía nacional abordar esa cuestión". Poco después, a preguntas del fiscal Javier Zaragoza ha añadido que no trató esta cuestión porque su obligación era "cumplir la ley".

"Ni con el señor Junqueras ni con nadie puedo hablar de convocar un referéndum de autodeterminación" porque "si eso se quiere hacer hay que reformar la Constitución", pero según ha dicho Junqueras "nunca" le planteó abordar la convocatoria del referéndum a través de los cauces constitucionales. "Quienes no valoraron que tenían que ir por una modificación de la Constitución creo que están sentados en el banquillo", ha apuntado ya casi al final de su interrogatorio, que se ha alargado dos horas. La exvicepresidenta ha explicado que el Gobierno que presidía Mariano Rajoy "nunca se prestó" a negociar algo así y ha opinado que "ningún Gobierno democrático puede prestarse".

Sáenz de Santamaría, responsable de la conocida "operación diálogo", ha relatado las tres reuniones que mantuvo con Junqueras, acusado en este juicio en el que se enfrenta a 25 años de cárcel por rebelión, entre abril de 2016 y enero de 2017, dos de ellas en su despacho en la Moncloa y la otra en la Conselleria de Economía de la Generalitat. En la primera de ellas se reunieron para abordar "una serie de peticiones de la Generalitat", entre ellas el referéndum, un punto en el que "nunca" quiso entrar.

Ya en julio de 2016 se volvieron a reunir junto con el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro -que declarará después de ella-, para abordar "la difícil" y "dramática" situación financiera de la Generalitat. "Nuestra preocupación era que se sufragaran los servicios públicos", ha manifestado. En el último encuentro, a principios de 2017, el exvicepresidente de la Generalitat le dijo "que tenía el mandato exclusivo de abordar la petición del referéndum", ha explicado Sáenz de Santamaría, y declinó tratar el resto de los "45 asuntos" que figuraban en un documento que el entonces presidente de la Generalitat Carles Puigdemont le entregó al jefe del Ejecutivo central Mariano Rajoy. "Le dije que sobre el referéndum no tenía nada que tratar ni que abordar", ha precisado la exvicepresidenta. Y ha añadido: "En ese asunto no había diálogo ni capacidad de entendimiento, ni nos íbamos a entender, ni íbamos a negociar ningún asunto relativo al referéndum", ha señalado.