Santuario de Riánsares, una joya escondida en el reino de los girasoles

Descubrir el Santuario de Nuestra Señora de Riánsares, camino a Cuenca, es encontrar una pequeña joya

Santuario de Riánsares, una joya escondida en el reino de los girasoles

Ana L. Quiroga

Publicado el - Actualizado

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Descubrir el Santuario de Nuestra Señora de Riánsares, camino a Cuenca, es encontrar una pequeña joya, a menos de 5 kilómetros de Tarancón, escondida allí donde reinan los girasoles. Al acercarse, llama la atención un antiguo y sencillo palacio del Duque de Riánsares y de su esposa la reina María Cristina de Borbón.

Cuenta la historia que María Cristina de Borbón, viuda de Fernando VII, se enamoró perdidamente de uno de sus guardias de corps con el que, ante el rechazo social, se casó en secreto y que más tarde sería el I Duque de Riánsares con el que compartió este palacio de verano hoy cerrado y en pésimas condiciones. Lo más destacado es, sin duda, el santuario, con un retablo bellísimo presidido por una imagen de la Virgen, réplica de la original que resultó quemada durante la guerra.

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En la parte de atrás, el tocón seco de una higuera que forma parte de su historia y otra higuera nueva, dan sombra a una hornacina con una imagen de la Virgen y la historia de su aparición en aquel lugar.

Cuenta la historia que el Rey Recaredo I, llevaba siempre en la silla de su caballo una talla de la Virgen que le había regalado el Papa San Gregorio. Pasando Recaredo por tierras de Tarancón, tuvo que detenerse en un pequeño oratorio para reponerse de una grave enfermedad de la que se curó después de encomendarse a la Virgen y que, por ello, ordenó ampliar el oratorio, construyendo un santuario en el que dejó la imagen que le había regalado San Gregorio.

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Años más tarde, las monjas que estaban a su cuidado, huyendo de los musulmanes, se llevaron la talla a Valladolid hasta que, en el siglo XV, un pastor aseguró que la Virgen se le había aparecido sobre una higuera detrás del santuario. Considerado eso como una señal, volvieron a traer a Riánsares la talla donada por Recaredo.

Ahora, la actual, permanece desde el 28 de enero hasta el 15 de agosto, en el santuario y el resto del año en Tarancón. Un remanso, una joya escondida en la tierra de los girasoles y que hay que buscar a propósito porque está muy mal señalizada.