El Alcázar de Toledo, bajo el fascinante influjo de la Superluna del Ciervo
A la luz de esa superluna, el Alcázar de Toledo, con toda la carga histórica que guardan sus cimientos desde la antigua Roma, parece magnificarse
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Cuenta la mitología griega, que los dioses Hiperión y Tea tuvieron tres hijos, Helios, el sol, que debía recorrer el mundo para dar luz a los humanos durante el día; Selene, la luna, que tenía que recoger el testigo de su hermano durante la noche para que los humanos no quedaran en completa oscuridad y Eos, la aurora, con el cometido de anunciar la llegada de su hermano Helios.
La leyenda dice que Selene se enamoró perdidamente de Endimión, el hombre más bello que existía sobre la tierra y que pasaba largas noches admirándola, pero era un amor imposible porque Endimión era un simple mortal. Los enamorados solicitaron la ayuda de los dioses y Zeus, con la connivencia de Hypnos, dios del sueño, decidió que, puesto que no podían darle categoría de dios a un mortal, permitirían que permaneciera dormido por toda la eternidad y que sólo despertara por las noches para encontrarse con su amada. De ese amor nocturno, nacieron 50 hijos que corresponden a otras tantas fases lunares.
Es en los primeros días de julio, cuando Selene, más brillante y hermosa que nunca, convertida para unos en Luna de los Truenos por coincidir con la presencia de tormentas y en Luna del Ciervo para otros, por su coincidencia con la época en la que los ciervos cambian su cornamenta, a tan sólo 361.904 kilómetros frente a los 384.403 que habitualmente la separan de la tierra, se eleva en el cielo como una espectacular superluna que parece asomarse, imponente y curiosa, a los secretos mejor guardados de lugares tan cargados de historia, emblemáticos y singulares como el Alcázar de Toledo.
A la luz de esa superluna, el Alcázar de Toledo, con toda la carga histórica que guardan sus cimientos desde la antigua Roma, parece magnificarse.
Si esos cimientos tantas veces atacados pudieran hablarle a la luna, le contarían historias palaciegas de la nobleza romana, de reyes visigodos, califas musulmanes, de reyes sabios y reinas adelantadas para su tiempo; también le hablarían de momentos terribles cuando, a sus pies, fue torturada y enterrada Santa Leocadia o cuando, más cerca en el tiempo, el Coronel Moscardó, tuvo que decidir entre defender este Alcázar con todas las personas que albergaba o sacrificar la vida de su propio hijo a cambio.
Tal vez, desde su situación privilegiada, Selena, esta Superluna del Ciervo, pueda vislumbrar a la Dama de Blanco que, según cuentan, deambula entre las sombras de la noche por los pasillos de este Alcázar buscando algo que sólo ella sabe o que pueda iluminar entre las sombras nocturnas, la entrada a la cueva que guarda la Mesa del rey Salomón o la entrada secreta al pasadizo que une este lugar con la cercana Casa del Temple, un pasadizo en el que, según la creencia popular, los Caballeros Templarios habrían ocultado un cuantioso tesoro.
La fascinación del misterio y la leyenda, con la Superluna del Ciervo que ilumina el Alcázar de Toledo, imponente, con toda su carga histórica.