El Congreso valida la amnistía mientras las elecciones catalanas ponen patas arriba la legislatura

El Pleno del Congreso valida este jueves la Ley de Amnistía para su remisión al Senado. La ley ha supuesto una erosión para Pedro Sánchez que asistirá a la sesión. Alberto Núñez Feijóo rechazará "un acto de corrupción" más del Presidente para mantenerse en La Moncloa mientras la situación en Cataluña ha estallado.

La travesía de la amnistía ha llevado al Gobierno a cruzar nuevas líneas rojas en forma de concesiones a Junts. De entrada, con la rebaja de la definición del terrorismo. Tras borrar del texto toda referencia al Código Penal, la traición ha sido encapsulada en la amenaza real y un uso de la fuerza efectiva contra la integridad de España.

Con la malversación pasa algo parecido, toda vez que únicamente se excluye el supuesto de un enriquecimiento personal. La cobertura temporal de la ley se estira dos meses y arranca el 1 de noviembre de 2011 y la nueva redacción saldrá adelante este jueves por mayoría absoluta. De ahí caminará al Senado controlado por el PP, que va a demorar la tramitación al máximo de dos meses.

De modo que la vuelta de la medida de gracia a la Cámara Baja para su aprobación definitiva será a finales de mayo, en puertas ya de las europeas del 9 de junio. La Moncloa ha soñado con ganar algo de oxígeno, pero tras el fracaso de Aragonés sin presupuestos en Cataluña, Pedro Sánchez debe recalcular su hoja de ruta al dispararse el ambiente electoral catalán.

La situación en Cataluña

El adelanto electoral provocado por el fracaso de los presupuestos catalanes abre unos meses de inestabilidad política en Cataluña, que puede tener un contagio en la política española, ya que ERC y JxCat, dos socios imprescindibles para Sánchez, entran ahora en dinámica de campaña en su competición permanente por la hegemonía soberanista.

Una semana llevaba el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, madurando la idea de convocar elecciones anticipadas en Cataluña si el Parlament acababa tumbando, como así ha sido, su proyecto de presupuestos para este año. En toda negociación política exitosa, las distancias parecen insalvables hasta que se acerca el plazo límite.

Pero fue el miércoles cuando Aragonès comenzó a pensar que esta negociación "puede que no acabe bien", tras oír a la líder de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach. En las últimas semanas, el equipo de Sánchez ha ido recibiendo información desde la Generalitat sobre el curso de la negociación presupuestaria y el riesgo de que todo saltara por los aires.