El elocuente silencio de Pablo Casado respecto a Cospedal
Hay voces dentro del partido que admiten que, si se conocen más grabaciones con Villarejo y son graves, se aceleraría su salida de la política
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El PP sigue tirando de cautela a la hora de apoyar expresamente a María Dolores de Cospedal, y el frío silencio de Casado respecto a la ex-secretaria general sigue siendo más que elocuente. Fuentes del partido aseguran que no quieren repetir errores del pasado, no quieren cortarle la cabeza a nadie antes de tiempo. No quieren, en definitiva, reiterar lo que ocurrió con Rita Barberá o José Manuel Soria. Pero lo cierto, es que algunos interpretan que el presidente popular no desea tampoco dar su apoyo expreso a la ex-número dos del partido por temor a que esos audios acaben siendo mucho más graves. Mañana en Huelva está previsto que haga declaraciones a los medios pero mientras tanto, calla a sabiendas.
Casado se encontró a última hora de ayer a su llegada al Congreso con Cospedal, y estuvieron hablando de esos audios. Cuando Villarejo fue detenido en noviembre del año pasado, la hoy diputada popular comunicó a Mariano Rajoy y a otros compañeros de gabinete que, en su día, se había reunido con él, por lo que no descartaba que fuera una de las grabadas. El secretario general del PP, Teodoro García Egea es quien está ejerciendo de interlocutor estos días con su antecesora en el cargo, y hoy volvía a eludir darle su apoyo expreso, aunque Cospedal ha asegurado que se siente "absolutamente" respaldada por su partido.
La estrategia de los populares pasa por reiterar que, de lo conocido hasta ahora, no se deduce que haya podido cometer ningún tipo de delito, y esa es la barrera que podría marcar su futuro político. "Era una secretaria general, apuntan, preguntando por lo que afectaba a su partido", aunque no le han preguntado si pagó a Villarejo para hablar de esos "trabajos" a los que se alude en las conversaciones. "Lo que sabemos es morboso, insisten, pero no es un delito".
La estrategia de Génova sigue pasando por poner el acento en la diferencia que hay entre el comportamiento de Cospedal y de otra de las personas grabadas por el comisario, la ministra de Justicia. Mientras la primera ha reconocido siempre que conocía a Villarejo, apuntan, y no da pruebas de cometer ningún delito; la segunda negó conocerle y conoció la comisión de algunos delitos y no los denunció. Y esto es lo fundamental, apuntan.
Lo cierto es que, aunque públicamente nadie se atreve a retirar su apoyo a la ex-secretaria general, ya hay voces que admiten que, si se conocen más grabaciones y son graves, se aceleraría su salida de la política. Todo depende de los más de tres mil gigas que ocupan las conversaciones grabadas por el comisario. Visto lo visto, los que no lo conocían se consideran estos días unos afortunados.