A Pablo Iglesias se le indigestan las empanadillas que salvan a Errejón

Unas empanadillas son la anécdota de un movimiento político que se le ha atragantado a Pablo Iglesias pero que ha salvado a Íñigo Errejón. 

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón

Virginia Areños

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

"Una cena entre amigos", una "conversación espontánea", unas empanadillas y un tobillo roto dieron como resultado que un candidato a la Comunidad de Madrid cambiara de siglas para poder llegar a ocupar ese cargo. El 21 de diciembre de 2018 es ya una fecha señalada en el calendario de Manuela Carmena e Íñigo Errejón. También lo es para Podemos y Pablo Iglesias (¿todavía amigo de Errejón?). 

A Podemos le ha pillado con el pie cambiado la jugada inesperada de uno de sus fundadores, concretamente del número dos de la formación morada: ser candidato. Y no será porque Errejón no ha dado muestras de "incomodidad".

Antecedentes

Como él mismo ha reconocido, las desavenencias con el partido que él fundó comenzaron en 2016 "con los pactos de Gobierno" (cuando Iglesias no apoyó el primer intento de Gobierno de Sánchez). Después de este momento, los episodios siguieron sucediéndose (quedó reflejado en el congreso de Vistalegre II) hasta llegar al mes de diciembre de 2018.

El resultado de Podemos en las elecciones andaluzas y la consigna contra Vox marcada por la dirección del partido fueron unas de las últimas gotas que colmaron el vaso de Errejón.

En aquel momento, Errejón se presentaba como el candidato de Podemos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid apostaba por "no regañar" a los votantes de Vox. Su intención era hablarles para "convencerles" aunque "no quieran escuchar". La direccuiónn de su partido, sin embargo, apostaba por una estrategia de confrontación.

Días después, durante un desayuno organizado por Vanity Fair, Errejón explicaba: es momento de "reflexionar" para hacer de Podemos "una fuerza política que le hable a la mayoría de los españoles y no solo a los convencidos". Continuaba: "Para Madrid hay que ofrecer un proyecto amplio, que tenga la capacidad de ofrecer confianza, ganas, cariño para la mayoría que haya votado cosas muy diferentes. Ahora tengo la misión de hacerlo".

20 días separan las elecciones andaluzas de la cena "entre amigos" en la casa de Carmena. 

20 días en los que Errejón se guardaba afirmaciones como que Podemos "corre el riesgo de oxidarse" aunque "no es un proyecto fallido". "Los partidos corren el riesgo de ensimismarse y perder el contacto con la sociedad" y por eso, Errejón, aspira "a gobernar Madrid no estar sentando en la Puerta del Sol, sino tener la capacidad de entenderse con gente diferente y presentar un proyecto para el conjunto de la sociedad, no solo para los que tienen carné. Esto se parece mucho a aquel espíritu con el que nacimos en las elecciones europeas"

20 días después, Errejón afirma: "cuando el agua está estancada hay que abrir. Había mucha ciudadanía progresista desencantada. Andalucía mostró eso. Había mucha gente que no encontraba referencias para confiar con calma".

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