El Gobierno huye del desafío de los líderes del 1-O: “Es retórica”

El círculo del Presidente se aferra a su apuesta de diálogo

Conferencia de Pedro Sánchez en el Liceu de Barcelona

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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No hay peor ciego que el que no quiere ver. La máxima podría ser aplicable a Pedro Sánchez. Pero nada le va a amargar su apuesta. En el Gobierno accionan su versión de la realidad y relativizan las escenificadas y simultáneas salidas de los líderes del “procés” de las cárceles. Las amenazas han sido desoídas para ser descritas como “pura retórica”.

En su mantra sostenido y sin tregua, desde el núcleo duro del Presidente defienden haber descontado que los indultados sacarían a relucir “toda su simbología”. En el caso de ERC, siempre a ojos de ministros, vienen a atribuirle una mirada fija a su propio tendido en la tentativa de no regalar ahora la condición de “mártir” al fugado Carles Puigdemont. Sobre esa premisa, el Ejecutivo dice esperar de los de Oriol Junqueras, pero particularmente de Pere Aragonés, a que maduren la situación abierta con el perdón.

El entorno presidencial insiste en emplazar a su socio independentista a responder en proporción a los indultos y tender puentes. “Ahora toca a los independentistas”, avisan con la pretensión de sentarlos a la Mesa de Diálogo, pero para profundizar en el autogobierno de Cataluña, sin anclajes en la autodeterminación o la amnistía. “Pasar página”, es la solicitud de La Moncloa. Su estrategia pasa en estos momentos por recetar tiempo. “Un cambio de rasante tan rápido – aducen las mismas fuentes – resultará costoso”. “Debemos tener paciencia”, concluyen en ese pretendido objetivo de contemplar a ERC haciéndose con la primacía del independentismo.

Aún así, en privado, la convicción de ministros sobre el éxito de la “Operación reencuentro” se tambalea. “¿Hasta dónde llegará la Generalidad de Cataluña en sus exigencias en el foro bilateral? Es lo que tendremos que ver”, dejan caer miembros del Gobierno, evidenciando sus vacilaciones. De ahí la ausencia de prisas por reunir la famosa Mesa de Diálogo. Lo último que puede permitirse el Gobierno es, por culpa de la precipitación, afrontar un fracaso en la reunión. Sobre sus bases podrán hablar cara a cara en La Moncloa Sánchez y Aragonés este próximo martes, 29 de junio, a las 17:00 horas. A vestir la entrevista de cortesía institucional ayuda el hecho de que el presidente del Gobierno reciba a la mandataria madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el viernes 9 de julio, a las 12:00 horas.

Mantener a los independentistas en prisión representaba un obstáculo para el dialogo”, siguen aseverando en el complejo presidencial donde aseguran tener claro que los secesionistas “no volverán a la vía unilateral”, pues sólo les conduciría al “atolladero”. Por si acaso, vienen enarbolando sus precauciones adoptadas con la concesión de las medidas de gracia. Esto es, la inhabilitación de los reos para cargo público o la exigencia de no reincidir durante un máximo de 6 años. En última instancia, aducen, el Código Penal sigue vigente.

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