Las cesiones de Moncloa a la presión social: el IVA de las mascarillas, los aeropuertos y los niños confinados
Son múltiples los cambios de decisiones del Ejecutivo en esta crisis sanitaria
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El Gobierno ha vuelto a rectificar (in extremis) una vez más respecto a la crisis de la covid-19. A primera hora del día conocíamos que el IVA de las mascarillas pasa del 21% al 4%. Además, también se reducirá su precio máximo de venta. Este drástico descenso llega tras las críticas de la oposición, ya que se trata de un objeto imprescindible para el día a día de millones de españoles.
Poco antes, desde el Ejecutivo se escudaban en que no podían aprobar tipos reducidos para el IVA de las mascarillas de venta al público porque lo impedía la Comisión Europea. El temor a una sanción por esta bajada les frenaba.
Ahora, tal y como ha anunciado la portavoz del Gobierno, han recibido una misiva de la directiva europea en la que se informa de que no se multará a España por este descenso en el IVA de las mascarillas. Por tanto, ya cuentan con luz verde para reducir el precio máximo de venta que estaba en 0,96 euros.
Este es un ejemplo más de los muchos cambios de rumbo en la gestión sanitaria.
Moncloa ha realizado en estos 8 meses unas cuantas rectificaciones a cuenta de la covid-19. También hemos conocido esta misma tarde que España exigirá una PCR negativa para aquellos pasajeros que vengan de países en riesgo por la covid-19. Una medida que ya pidió Ayuso hace 7 meses y que ha llegado tras muchas reticencias por parte del Gobierno.
Los paseos de los niños en pleno confinamiento
A finales de abril, el Consejo de Ministros permitió salir a los menores de 14 años pero solamente acompañando a adultos a compras autorizadas. Esta medida fue muy criticada por la ciudadanía y finalmente el Gobierno cambió de opinión.
El ministro de Sanidad abría la posibilidad de salir a los niños “a dar paseos” a partir del domingo 26 de abril. Una iniciativa con condiciones: una hora, tres menores por adulto y podían jugar, pero sin usar los parques infantiles.
Las condiciones para este desconfinamiento parcial para los menores tenían como objetivo evitar que repuntase el contagio de la covid-19. Por aquel entonces, el índice de contagio era del 2%. Aún con todo, Illa pedía prudencia: “máxima cautela también en materia de niños”.
Y añadía: “Son muy importantes también para ellos las tres prioridades: distancia interpersonal, lavarse con mucha frecuencia las manos e higiene estricta”.
El vicepresidente del Ejecutivo, Pablo Iglesias, pedía “perdón” a los niños y sus familias por la descoordinación. “Quiero dirigirme a los niños y niñas que nos estáis viendo. Lo primero que querría es pediros disculpas. No hemos sido todo lo claro que deberíamos a la hora de explicar cómo podríais salir a dar paseos con vuestras familias”.
Rectificación también en la realización de las pruebas PCR
Cuando acabábamos de dar la bienvenida al mes de mayo, el Gobierno cambió el criterio a seguir para la realización de las PCR para detectar el coronavirus. Hasta ese momento, solamente se realizaban en aquellos casos graves de sospechosos que necesitaban atención hospitalaria. Al final, Sanidad delegó esta tarea a los centros de atención primaria y estimó que las pruebas se realizarían en aquellos pacientes que presentasen síntomas en las primeras 24 horas.
Un giro de rumbo que quedó plasmado en el documento ‘Estrategia de diagnóstico, vigilancia y control de la fase de transición de la pandemia’.
Del toque de queda obligatorio, al opcional
El Gobierno "pasó la pelota" a las autonomías. El confinamiento nocturno de 23.00 a 6.00h con carácter obligatorio que decretó el Ejecutivo dejó de tener valor. De ahí, se pasó a un nuevo real decreto de prórroga del estado de alarma para que las CCAA pudiesen levantar el toque de queda a partir del 9 de noviembre.
Eso sí, la norma añadía que si los gobiernos autonómicos no toman ninguna decisión respecto a su “modulación, flexibilización o suspensión”, la medida del toque de queda “conservará su eficacia”.
Dicha prórroga se extendió desde las 00.00 horas del 9 de noviembre al 9 de mayo de 2021.
Una desescalada flexible con la temporada estival a la vuelta de la esquina
Pedro Sánchez activó un ‘Plan de Desescalada’ de cuatro fases para el desconfinamiento con unas medidas flexibilidades. El verano estaba muy cerca, y era necesario reactivar aunque fuese con atisbos mínimos la economía.
La ciudadanía también llevaba semanas muy difíciles encerrados en casa y pedían a gritos salir de sus hogares. Es por esto que el Ejecutivo subrayó lo “flexible” que es el plan, que se aplicaría según la evolución del virus y las capacidades sanitarias de cada provincia.
Los marcadores para la salida progresiva tenían que ver con las capacidades estratégicas del sistema sanitario y los datos de movilidad y socioeconómicos.
Numerosos expertos lamentan esa celeridad que repercutió en el incremento de la Incidencia Acumulada en gran parte de España. Tal y como cuenta Estanislao Nistal, virólogo y profesor de microbiología de la Universidad CEU San Pablo, hay un momento clave.
“La desescalada se fue acelerando en lugares que no hacían PCR o que no habían contratado rastreadores. De haber tenido ambas cosas, podríamos haber controlado mejor los primeros brotes”, indicaba el experto.
Son numerosos, por tanto, los ejemplos de rectificaciones en estos duros meses. Vemos como el Gobierno vislumbra una presión en la sociedad que le obliga a cambiar decisiones muy marcadas en su discurso habitual. La gestión sanitaria está pasando factura y las necesidades de la ciudadanía pesan sobre Sánchez y su equipo en plena pandemia.