Pedro Sánchez espera la retirada de la cuestión de confianza y negocia con Junts su cupo de iniciativas

Ricardo Rodríguez revela cómo el presidente intenta "sanear", es el verbo usado por los socialistas, las relaciones con Carles Puigdemont

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Pedro Sánchez sigue en el ojo del huracán político español, mientras intenta recuperar el terreno perdido con los separatistas catalanes. Esta vez, el foco está puesto en la cuestión de confianza que los miembros de Junts presentaron en el Congreso, un movimiento que en su origen parecía poner en jaque al presidente del Gobierno.

Ricardo Rodríguez desveló las claves de este asunto como que los socialistas están utilizando el verbo "sanear" para describir su esfuerzo por mejorar las relaciones con Carles Puigdemont y el resto de los independentistas, una maniobra crucial para la estabilidad de su gobierno y, especialmente, para la continuidad de la legislatura.

La proposición no de ley (PNL) original de Junts exigía que Sánchez se sometiera a una cuestión de confianza, lo que habría puesto a prueba su liderazgo y la estabilidad de su gobierno. Sin embargo, a lo largo de los debates y negociaciones, la propuesta sufrió un importante recorte: la redacción final de la iniciativa ya no obliga al presidente a someterse a una cuestión de confianza, sino que simplemente emplaza a valorar si es oportuno plantearla, sin que la propuesta tenga efecto legal alguno.

Este cambio en la redacción revela la intención de Sánchez de aminorar el impacto de la iniciativa, al tiempo que eludía un enfrentamiento directo con los independentistas. Aunque la cuestión de confianza pierde su carácter vinculante, los separatistas, encabezados por Puigdemont, siguen insistiendo en que la falta de confianza y el incumplimiento de algunos acuerdos dificultan la posibilidad de avanzar en la legislatura.

La proposición de ley de Junts, aunque rebajada, ha sido admitida a trámite por la mesa del Congreso. Esto abre la puerta a que la PNL llegue a pleno para su debate, a pesar de que su impacto legislativo es prácticamente nulo. En palabras de Rodríguez, los separatistas quieren seguir presionando a Sánchez para demostrar su debilidad y su dependencia de los votos de partidos como Junts y ERC.

La propuesta también está vinculada a otras negociaciones en curso. Los independentistas exigen avances en temas pendientes, como el desbloqueo del traspaso de competencias en inmigración a la Generalitat de Cataluña. Este es un punto crucial en el que Sánchez parece estar dispuesto a ceder, aunque siempre bajo la premisa de que todo se mueva dentro del marco legal y constitucional, sin ceder a las demandas más extremas del separatismo.

Sánchez, consciente de la importancia de contar con el apoyo de Junts para garantizar la estabilidad de su gobierno, parece dispuesto a negociar el "cupo de iniciativas" de los separatistas, es decir, a permitir que el grupo catalán tenga más margen para plantear sus propuestas y lograr avances en sus objetivos políticos. Esta estrategia tiene como fin mantener el control de la legislatura, mientras se asegura el respaldo necesario para la aprobación de leyes clave, como el decreto omnibus, que se convalidará a finales de febrero con el apoyo de toda la cámara, salvo Vox.

A pesar de la aceptación de la propuesta de Junts en la mesa del Congreso, Pedro Sánchez aún espera que la cuestión de confianza sea retirada, algo que parece estar negociando a cambio de cerrar otras carpetas pendientes. Este proceso de "sanear" las relaciones con Puigdemont y los suyos está marcado por una serie de concesiones y gestos políticos que permiten al presidente seguir al frente del gobierno, pero siempre bajo la presión de los independentistas.

El objetivo último de Sánchez parece claro: evitar que la cuestión de confianza se convierta en un arma de doble filo que pueda debilitar su liderazgo, mientras continúa las conversaciones con Junts para asegurar la estabilidad política y el apoyo necesario para sus políticas.

Temas relacionados