La policía desarticula un taller ilegal de armas 3D en España

Es el primero de este tipo en el país. En su interior, la policía ha incautado diversas armas, manuales y objetos de simbología extremista

El arsenal incautado

David Ferreiro

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Una operación en conjunto entre la Policía Nacional y la Agencia Tributaria ha permitido desmantelar un taller ilegal de impresión 3D en el que se fabricaban armas de fuego. Los hechos ocurrieron en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y se trata del primer taller de este tipo que se descubre en España.

En el lugar, los agentes incautaron una gran cantidad de material, entre el que se incluían dos impresoras 3D, 11 bobinas de filamento, 19 armazones de arma corta, cinco cuchillos, un machete y una katana entre otros objetos similares.

Además de todo esto, en el estudio se encontraron también diversos manuales sobre terrorismo y fabricación de explosivos y armas, así como objetos de simbología supremacista. Sin embargo, lo que más preocupó a los agentes fue el hallazgo de los más de 30 manuales por su contenido.

En ellos, no solo se explicaba cómo fabricar diferentes armas, si no que tamién se podía encontrar información y tácticas sobre terrorismo urbano. Junto a esto, los agentes también encontraron sustancias químicas que podrían ser utilizadas para la fabricación de explosivos.

La operación se saldó con la detención de una sola persona, que supuestamente se encargaba de la compra de material y la fabricación de este tipo de armas. Se trata de un ciudadano español de 55 años que trabajaba como administrador de un geriátrico en la isla.

Todo comenzó a raíz de una investigación de un grupo de agentes especializados, que localizaron los movimientos de un individuo que estaba realizando compras de material explosivo y piezas fundamentales de armas de fuego a través de internet.

Tras recaudar toda esta información, los agentes se pusieron manos a la obra hasta dar con el paradero del sospechoso. Para ello fueron necesarios hasta cuatro registros en la capital de la isla, encontrándose todo el material en el interior de uno de los locales.

La operación fue puesta en marcha en septiembre del año pasado y ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número tres de la ciudad tinerfeña, que decidió mantener el secreto de sumario hasta la fecha. Eso sí, por el momento la investigación sigue abierta para averiguar si el detenido tenía intención de vender las armas de fuego o si, incluso, llegó a hacerlo.

Un amplio y peligroso arsenal

En el local se halló una gran cantidad de armas y de armazones perfectamente preparados para su utilización, además de las impresoras incautadas y del material para estas.

Concretamente, la Policía Nacional encontró en el taller 19 armazones, nueve cargadores, dos correderas de arma corta sin numerar, dos silenciadores, agujas percutoras, piezas para estriar cañones, una carabina con mira telescópica, tubos de metal para hacer cañones, una réplica de un fusil AR-15 de airsoft, moldes de plástico y piezas para la fabricación de armas cortas.

A todo esto habría que añadirle una gran cantidad de armas blancas, como cinco cuchillos, una katana, un machete y dos pistolas táser. En el lugar también hallaron sustancias químicas susceptibles para la fabricación de artefactos explosivos y varios objetos de simbología supremacista, como dos banderas y una funda de pistola con el emblema del ejército nazi.

Junto a todo, la Policía también encontró en el establecimiento más de 30 manuales, todos relacionados con la fabricación de armas y de explosivos, así como con el terrorismo callejero y la guerrilla urbana.

Un riesgo difícil de detectar

Según fuentes policiales, lo más peligroso de este tipo de armas es su difícil detección, ya que al estar hechas de un material como es el plástico, resulta sencillo que escapen a los controles policiales, incluso en los aeropuertos. Del mismo modo, estas armas tampoco llevan ningún tipo de identificación, por lo que no dejan rastro.

Su modus operandi, al parecer, consistía en crear las armazones de las armas con estas impresoras gracias a planos extraídos del conocido como internet profundo o deep web. Posteriormente, ensamblaría el armazón con piezas metálicas que adquiriría a través de paquetería postal.

Estas armas, a pesar del material del que están hechas, son igualmente efectivas, por lo que suponen un riesgo en auge que preocupa a los cuerpos de seguridad del Estado y a los diveros organismos internacionales, a pesar de que los manuales que explican el proceso de fabricación están prohibidos en la red.

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