Sánchez, sin investidura, sin acuerdos, rechazando al Open Arms... y de vacaciones en Doñana
El presidente en funciones ha decidido que merecía un descanso tras no negociar, no lograr ser investido y dando un viaje a su discurso social
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El presidente del Gobierno en funciones se ha ido a Doñana a disfrutar de unas... ¿merecidas vacaciones? Podemos hacer una breve e interesante recopilación de motivos por los que Sánchez debe irse de vacaciones, logros que le hacen merecedor de ello:
Investidura: Pedro Sánchez fracasó dos veces intentándola. Tras exigir a PP y C's que se abstuvieran para facilitar un Gobierno, exactamente lo que él se negó en 2016, y no lograr el apoyo de Unidas Podemos, el presidente en funciones sigue siendo en funciones. ¿Negociaciones? Sí, los últimos días a toda prisa ¿Concesiones? Todas las necesarias a nacionalistas y proetarras en Navarra, porque a PP, C's y Unidas Podemos ni están ni se las espera.
Acuerdos: si en algo están de acuerdo todos es que no están de acuerdo en nada. Pedro Sánchez solo ha puesto de acuerdo a TODOS en decirle o “NO” o “abstención” en las dos investiduras. Y retormarlos ya si eso en septiembre. Eso sí, en Navarra ningún problema en estar cerca de nacionalistas, independentistas, extrema izquierda y proetarras.
El Aquarius y el Open Arms: llegamos al sitio más... curioso. Porque aquí sí que se ve un viraje radical, de 180º, a la postura de Sánchez. Con el Aquarius, el presidente en funciones corrió a criticar al Gobierno de Rajoy por “falta de humanidad” y no querer acoger a los inmigrantes que estaban en dicho barco. Y entonces llegó la histórica moción de censura, Rajoy es expulsado como presidente del Gobierno, llega Pedro Sánchez y... el nuevo el líder del Ejecutivo anunciaba orgulloso que España acogería al buque Aquarius a través del puerto de Valencia porque, aseguraba, era “una obligación ayudar a evitar una catástrofe humanitaria y ofrecer un puerto seguro a estas personas cumpliendo con las obligaciones del derecho internacional”.
Tras varias reuniones internacionales, los países de la Unión Europea accedieron a acoger gran parte de los 630 inmigrantes que transportaba el Aquarius. Era la idea del gobierno de Sánchez, conseguir una implicación internacional a la vez que daba un paso al frente en las dos principales críticas a Rajoy desde la oposición: eliminar las devoluciones en caliente y acabar con las concertinas en Ceuta y Melilla. Ambos objetivos no se cumplieron. La entrada de 602 personas a través de la frontera en Ceuta provocó un viraje en las políticas migratorias. Sánchez reactivó un viejo acuerdo de 1992 con Marruecos y desbloqueó fondos desde Bruselas para que el país africana reforzara su lucha migratoria, así como poner en marcha las devoluciones en caliente entre ambos.
Pero el cambio quedó totalmente reflejado cuando el mismo barco Aquarius del que había hecho bandera el Ejecutivo, no pudo atracar en puerto español porque, en palabras del Gobierno, “no era seguro”. Eso sí, en el caso del pesquero Loreto, la vicepresidencia del Gobierno aplaudió y defendió un desembarco en Libia, porque era el “puerto más cercano, por lo tanto el más seguro”. Preguntado por la acogida del Aquarius, José Luis Ábalos, interpelado en el Parlamento, reconoció que sólo había sido “una llamada de atención a Europa” para que se movilizara ante el drama humano que suponían la insolidaridad del Ejecutivo italiano.
Y ahora el caso más reciente es el Open Arms. ¿España? Sí pero no. Es decir: Carmen Calvo asegura que que España es el país de la Unión Europea que hace “el mayor esfuerzo” en cumplir las normas de acogida a refugiados, y ha instado, en casos como el del buque Open Arms, a que los demás países de la UE sigan el ejemplo español. Pero por supuesto que el barco por aquí no se acerque, será rechazado. “Viva la solidaridad pero siempre que la hagan los demás” parece ser el mensaje del Gobierno de Sánchez ahora que la foto ya no es necesaria.
Recopilando: tras ganar las elecciones en abril llegamos a agosto y no tenemos gobierno, no tenemos acuerdos, no ha habido investidura, se culpa a todos del fracaso y el cambio del discurso en inmigración es total. Conclusión: sin duda, necesita unas merecidas vacaciones.