Seis años celebrando la última Diada autonómica
Las asociaciones independentistas llevan desde 2012 prometiendo una independencia inminente
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2012. Cataluña, nuevo estado de Europa
El 11 de septiembre de 2012 marcó el comienzo del procés, aunque el relato independentista a posteriori sitúe sus orígenes en la derogación de algunos artículos de un Estatut que solo acudió a votar el 48% de los catalanes llamados a las urnas.
Prueba de ello es que, al repasar las crónicas de la jornada, muy pocas hacen siquiera referencia a ese Estatut, mientras que todas mencionan el proyecto en el que estaba envuelto por entonces el President Artur Mas: la negociación de un pacto fiscal para Cataluña similar al concierto vasco.
En cualquier caso, lo cierto es que aquella manifestación desbordó cualquier previsión que hubiera hecho el Gobierno de CiU y soprendió a la clase política catalana y española. Convocada por la entonces casi desconocida ANC y por su líder, una tal Carme Forcadell, consiguió una participación masiva (600.000 personas, según la delegación del Gobierno) y, por primera vez, la reivindicación era claramente independentista.
A la protesta se sumaron oficialmente seis partidos con representación en el Parlament: Convergencia, Unió, ERC, Iniciativa per Catalunya, Esquerra Unida y Solidaritat per la Independència. Curiosamente, seis años después, solo ERC sigue en el Parlament bajo el mismo nombre. También acudió una representación del PSC de manera no oficial, encabezada por Ernest Maragall y Marina Geli, que con el tiempo también acabaron en ERC. Y, por supuesto, Jordi Pujol y su hijo Oriol. que por aquel entonces no habían caído aún en el ostracismo político. Un destino que compartieron muchos de los políticos presentes en esa manifestación, como el propio Mas, Duran i Lleida o Joan Herrera, víctimas del propio monstruo que contribuyeron a crear.
La Diada 2012 cambió la posición política de Artur Mas y de su partido, Convergencia, que comenzó a hablar públicamente de la independencia como un objetivo cercano y posible, dando salida a lo que después se denominó el procés. Dos semanas después, el Parlament votó a favor de pedir un referéndum, con la única oposición del PP y Ciudadanos. Mas disolvió la cámara y convocó unas nuevas elecciones, en las que perdió 12 diputados.
2013. Vía Catalana, "hacia la independencia"
Cogidos de la mano, desde Le Perthus hasta Vinaroz, un grupo numeroso de personas, la mayoría vestidas de amarillo, formó una cadena humana de unos 400 kilómetros, convocados de nuevo por la ANC. El objetivo era imitar la llamada "Cadena Báltica", la movilización independentista organizada en 1989 en Estonia, Letonia y Lituania.
En Cataluña, la manifestación, más que al Gobierno de España, buscaba presionar a Artur Mas para que convocara un referéndum de independencia del que tenía dudas. Forcadell por entonces amenazaba al President asegurando: "Queremos un Estado independiente ahora, no en 2016". Mas finalmente acabó convocando el referéndum/consulta/participación ciudadana en noviembre del año siguiente, y le acabó costando la inhabilitación y el final de su carrera política.
2014. Votaremos, ganaremos
Si algo ha intentado transmitir el procés a lo largo de seis años es la sensación de inminencia y urgencia. Un "ahora o nunca" constante, repleto de jornadas históricas. "Ahora es la hora" fue el lema elegido por la ANC y Ómnium Cultural para movilización de 2014, en la que se formó una cadena con forma de V entre la Diagonal y la Gran Vía de Barcelona.
Los lemas girabaron en torno al ya mencionado reférendum del 9 de noviembre, con frases como "votaremos" y "ganaremos". Y en su discurso, Forcadell lanzó algunas de las proclamas que se convirtieron en eslóganes del procés, como "President, ponga las urnas" y "la voz del pueblo está por encima de lo que diga un tribunal".
2015. Vía libre a la República
La Diada 2015 fue de facto el comienzo de la campaña electoral de las elecciones autonómicas de 2015. Artur Mas, hasta entonces víctima del chantaje de la ANC y de una Esquerra al alza en las encuestas, había aprendido a utilizar el procés a su favor y "convencido" a los republicanos de que se presentaran a las elecciones con una Convergencia en horas bajas.
El acto de la Diada, celebrado apenas dos semanas antes de esas elecciones autonómicas, fue un gran acto electoral de Juntos por el Sí, la candidatura de Mas y Junqueras, aunque el propio Mas no asistió a la marcha.
Uno de los encargados de hablar, el entonces recién elegido líder de la ANC, Jordi Sànchez, aseguró en su discurso que la independencia "está al alcance".
Los organizadores afirmaron que a la manifestación independentista acudió alrededor de un millón y medio de personas. Curiosamente, apenas 16 días después, en las elecciones, solo 1,6 millones de personas votaron a Junts pel Sí. El Gobierno calculó la asistencia en torno a 400.000 personas, unas cifras ligeramente inferiores a las de los tres años anteriores.
Tras las elecciones, y a pesar de su mayoría, al independentismo le costó ponerse de acuerdo para investir un nuevo President, y la CUP acabó obligando a Mas a dar "un paso al costado". Finalmente, Carles Puigdemont fue elegido presidente de la Generalitat en enero de 2016.
2016. A punto
Después de cuatro años, la ilusión empezaba a decaer, así que para 2016, se decidió que la movilización se realizara en varios lugares de Cataluña, en vez de concentrarse en la capital. Además de Barcelona, Berga, Lleida, Salt y Tarragona acogieron manifestaciones en un momento de standby en el independentismo.
Carles Puigdemont dudaba si convocar unas elecciones 'constituyentes' o una nueva consulta. "No dude en poner las urnas", le decía Jordi Sànchez a un Puigdemont que, al contrario de Mas, si se apuntaba a las manifestaciones. "No contemplo la inhabilitación", decía una Carme Forcadell hoy en prisión preventiva.
Unas 200.000 personas fueron a la manifestación en Barcelona, según el Gobierno central. La mitad que el año anterior.
2017. Sí
La Diada del año pasado tenía la consulta ilegal del 1 de octubre como gran protagonista. Tras los tristes sucesos de unos días antes en el Parlament, en los que la mayoría independentista trató de derogar el Estatut en apenas una sesión, la sociedad catalana se presentaba a la Diada más dividida que nunca. Entre los invitados ilustres a la manifestación se encontraba Arnaldo Otegi. Mientras tanto, el entonces líder de la ANC, Jordi Sànchez, avisaba a Iceta, Arrimadas, Albiol y Coscubiela: "Qué miedo tenéis de que hable el pueblo".
La convocatoria fue más multitudinaria que el año anterior, convocando a unas 350.000 personas según la Delegación del Gobierno.
Un año después de esta foto, algunos de sus protagonistas están fugados, otros en la cárcel, y Cataluña sigue teniendo el mismo autogobierno que hace seis años. Eso sí, con una sociedad mucho más polarizada.